The Magic Lake


Había una vez un hombre llamado Ricardo y su hija, quienes vivían en un pequeño pueblo rodeado de hermosos campos verdes. Un día, mientras paseaban por el mercado local, encontraron a dos adorables animalitos: un gallo y un pato.

Sin pensarlo dos veces, decidieron llevarlos a casa y cuidarlos como parte de su familia. Desde ese momento, el gallo y el pato se convirtieron en los mejores amigos de la pequeña hija de Ricardo.

Juntos pasaban largas tardes jugando en el jardín y explorando nuevas aventuras por los alrededores del pueblo. Un día soleado, mientras disfrutaban de las risas y travesuras que les ofrecía la naturaleza, algo inesperado ocurrió.

El gallo desapareció misteriosamente sin dejar rastro alguno. La niña estaba muy triste y preocupada por su amigo perdido. Ricardo decidió ayudar a su hija a encontrar al gallo desaparecido. Recorrieron todo el pueblo preguntando a cada persona si habían visto al gallito.

Pero nadie sabía nada acerca del paradero del animalito. Después de días buscando sin éxito, Ricardo decidió que era hora de volver a casa con su hija para consolarla.

En el camino hacia la puerta principal, escucharon un débil cacareo proveniente del cobertizo trasero. Corrieron hacia allí emocionados y abrieron la puerta para encontrar al gallo escondido detrás de unas cajas viejas. Parecía asustado pero ileso. "¡Mira papá! ¡Encontramos al gallo!", exclamó la niña con alegría.

Ricardo sonrió y acarició al gallo. Estaba feliz de haber encontrado a su amigo perdido. Pero algo extraño estaba pasando, el pato se había puesto muy celoso desde la llegada del gallito.

Los días siguientes, el pato comenzó a comportarse de manera inusual. Se puso gruñón y triste, alejándose de todos. La niña no sabía qué hacer para ayudarlo y Ricardo se preocupaba cada vez más por su mascota.

Un día, mientras estaban sentados en el jardín reflexionando sobre cómo ayudar al pato, un vecino se les acercó con una idea brillante. "He oído hablar de un lago mágico en las afueras del pueblo", dijo el vecino.

"Dicen que si un animalito pasa tiempo allí, sus penas desaparecen". La niña y Ricardo decidieron llevar al pato al lago mágico sin dudarlo. Al llegar allí, vieron cómo otros animales chapoteaban felices en sus aguas cristalinas. Sin perder tiempo, colocaron cuidadosamente al pato en el agua del lago.

Para su sorpresa, el pato comenzó a nadar felizmente entre los demás animales. Sus penas habían desaparecido por completo.

La niña y Ricardo observaron maravillados cómo el pato jugaba y reía junto a los demás animales del lago mágico. Desde ese día en adelante, el pato siempre fue feliz y nunca más sintió celos o tristeza. Ricardo y su hija aprendieron una valiosa lección: todos tenemos momentos difíciles pero siempre hay una solución.

A veces, solo necesitamos un poco de ayuda y amor para superar nuestras penas. Y así, con el gallo y el pato como amigos inseparables, Ricardo y su hija vivieron felices en su pequeño pueblo rodeado de campos verdes.

Juntos descubrieron que la verdadera amistad y el amor pueden ayudarnos a superar todos los obstáculos que se presenten en nuestra vida.

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