The Magical Garden
Había una vez un nene llamado Nico que no quería comer verduras. En su casa, su mamá siempre le preparaba platos llenos de coloridas y saludables verduras, pero él las rechazaba con desagrado.
Un día, mientras jugaba en el parque, Nico encontró a un conejito muy especial llamado Pepito. El conejito tenía un pelaje suave y blanco como la nieve, y unos ojos brillantes y curiosos.
Pero lo más sorprendente era que Pepito ¡hablaba!"Hola, Nico", dijo Pepito con una voz amigable. Nico se sobresaltó al escuchar hablar al conejo y respondió: "¡Hola! ¿Cómo es posible que hables?""Soy un conejito mágico", explicó Pepito.
"Y he venido aquí para ayudarte a entender por qué es importante comer verduras". Nico quedó asombrado por la declaración de Pepito y decidió seguirlo para descubrir más sobre este misterioso mundo de los conejos mágicos. Pepito llevó a Nico hasta un hermoso jardín lleno de flores y vegetales.
Había zanahorias anaranjadas brillantes, brócoli verde vibrante y tomates rojos jugosos. "Aquí es donde vivimos los conejos mágicos", dijo Pepito orgulloso. "Las verduras son nuestra comida favorita porque nos dan energía y nos hacen fuertes".
Nico miraba fascinado cómo los conejitos comían las deliciosas verduras sin ninguna queja. "¿Por qué tú puedes comerlas tan felizmente?", preguntó Nico intrigado. Pepito se acercó a Nico y le explicó: "Las verduras son importantes para nuestro cuerpo.
Nos ayudan a crecer, a tener huesos fuertes y a mantenernos sanos. Además, nos dan energía para jugar y divertirnos". Nico reflexionó sobre las palabras de Pepito y decidió probar una zanahoria que había en el jardín.
"¡Mmm! ¡Está deliciosa!", exclamó Nico sorprendido ante el sabor dulce y crujiente de la zanahoria. Desde ese día, Nico comenzó a comer verduras con entusiasmo. Su mamá estaba feliz de verlo disfrutar de los platos saludables que preparaba para él.
Pero no todo fue tan fácil para Nico. Un día, mientras caminaba por el parque, se encontró con su amiga Lola quien también tenía problemas para comer verduras. "¿Sabes qué hago yo cuando no quiero comer verduras?", dijo Lola con cara de disgusto.
"Las escondo debajo de la servilleta o las tiro al piso cuando nadie me ve". Nico se preocupó al escuchar esto y decidió ayudar a Lola a entender la importancia de las verduras.
Juntos fueron al jardín mágico donde Pepito les enseñaría algo muy especial. Allí, Pepito les mostró un árbol gigante lleno de frutas jugosas como manzanas, peras y uvas. "Las frutas también son muy importantes", explicó Pepito. "Son dulces como los caramelos pero mucho más saludables".
Lola probó una manzana jugosa y se dio cuenta de lo rica que era sin necesidad de esconderla o tirarla al piso.
Desde ese día, Nico y Lola se convirtieron en grandes amigos de Pepito y juntos promovieron el consumo de verduras y frutas entre sus compañeros de escuela. Organizaron talleres donde enseñaban recetas saludables y divertidas formas de comer vegetales.
La historia de Nico y Lola inspiró a muchos niños a probar nuevas comidas y descubrir la magia que hay en una alimentación balanceada.
Y así, gracias a la ayuda del conejito mágico Pepito, todos aprendieron que comer verduras no solo es importante para crecer fuertes y sanos, sino también para disfrutar de una vida llena de energía y diversión.
FIN.