The Melodic Dreams of Tomás



Había una vez un niño llamado Tomás que, desde muy pequeño, tenía problemas para dormir.

Todas las noches, su mamá lo acostaba en su cama y le leía cuentos para ayudarlo a conciliar el sueño, pero por más que lo intentaba, Tomás simplemente no podía cerrar los ojos. Sus padres estaban muy preocupados porque sabían lo importante que era el descanso para un niño. Consultaron a diferentes médicos y especialistas, pero nadie parecía tener una solución.

Pasaron meses y Tomás seguía sin poder dormir. Un día, mientras jugaba en el parque con sus amigos, Tomás se encontró con un viejito muy simpático llamado Don Ramón.

Don Ramón notó la tristeza en los ojos de Tomás y se acercó a él. "¿Qué te pasa, chico? Pareces preocupado", preguntó Don Ramón con una sonrisa amable. Tomás le contó sobre su problema para dormir y cómo eso afectaba su vida diaria.

Don Ramón escuchó atentamente y luego dijo:"Sabes, querido amigo, he vivido muchas experiencias en mi larga vida. Tal vez pueda ayudarte. "Tomás miró al viejito con curiosidad e interés. Don Ramón continuó: "Dicen que todos tenemos un sueño guardado dentro de nosotros esperando ser cumplido.

¿Alguna vez has pensado qué es eso que realmente deseas hacer?"Tomás reflexionó durante unos segundos y luego respondió: "Me encantaría aprender a tocar la guitarra".

Don Ramón sonrió ampliamente: "¡Eso es maravilloso! A veces, cuando no podemos dormir, es porque nuestro corazón tiene algo importante que decirnos. Tal vez aprender a tocar la guitarra sea tu camino hacia un sueño más profundo y reparador". Tomás quedó asombrado por las palabras de Don Ramón y decidió seguir su consejo.

Comenzó a tomar clases de guitarra con un profesor muy talentoso y dedicado. Las primeras semanas fueron difíciles para Tomás. Tenía que practicar mucho y algunas noches seguía sin poder dormir.

Pero poco a poco, a medida que mejoraba en la guitarra, comenzó a sentir una sensación de satisfacción y felicidad cada vez mayor.

Un día, después de meses de práctica constante, Tomás se dio cuenta de algo sorprendente: ¡podía dormir! No solo eso, sino que sus sueños eran más vívidos e inspiradores que nunca.

Tomás entendió entonces el mensaje detrás del consejo de Don Ramón: cuando encontramos nuestra pasión y nos entregamos por completo a ella, nuestro cuerpo y mente encuentran el equilibrio necesario para descansar adecuadamente. Desde ese día en adelante, Tomás siguió tocando la guitarra todas las noches antes de acostarse. Su música llenaba su habitación de alegría y tranquilidad, permitiéndole sumergirse en un sueño profundo y reparador.

Y así fue como Tomás aprendió que los sueños pueden estar tanto dentro como fuera de nosotros. Aprender a escuchar nuestros deseos más profundos puede ser el primer paso hacia una vida plena y llena de dulces sueños.

FIN.

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