The Natures Canvas


Adriana iba a la escuela en colectivo todos los días. Era una niña curiosa y siempre estaba atenta a todo lo que ocurría a su alrededor. Un día, mientras esperaba el colectivo, notó algo diferente en el aire.

Había un ambiente de emoción y expectativa entre las personas que se encontraban allí. Cuando finalmente llegó el colectivo, Adriana subió rápidamente y buscó un asiento junto a la ventana para no perderse nada de lo que sucediera afuera.

Al mirar hacia afuera, vio algo sorprendente: había un enorme cartel que anunciaba un concurso de arte sobre la naturaleza. Adriana se emocionó mucho al leerlo, ya que le encantaba dibujar y pintar.

Siempre había sentido una gran conexión con la naturaleza y creía firmemente en su importancia para el mundo. Sabía que tenía que participar en ese concurso. Al llegar a la escuela, Adriana fue directamente a contarle la noticia a su mejor amiga Lola.

Juntas idearon un plan para crear una obra de arte espectacular sobre la naturaleza y así impresionar al jurado del concurso. Durante semanas, Adriana y Lola trabajaron arduamente después de clases.

Investigaron sobre diferentes paisajes naturales e incluso fueron juntas a explorar algunos parques cercanos para inspirarse aún más. Cada tarde volvían con nuevas ideas y bosquejos para su proyecto. Finalmente, llegó el día del concurso.

Adriana estaba nerviosa pero emocionada por mostrar su obra de arte al mundo. Cuando llegaron al lugar donde se llevaría a cabo el evento, quedaron maravilladas por todas las obras expuestas. Había pinturas, esculturas y fotografías que reflejaban la belleza de la naturaleza en todas sus formas.

El jurado era un grupo de artistas reconocidos y expertos en temas ambientales. Recorrieron cada una de las obras detenidamente, observando los detalles y el mensaje que transmitían. Adriana se sentía ansiosa mientras esperaba su turno para presentar su obra.

Finalmente, llegó el momento. Adriana colocó su cuadro frente al jurado y explicó con entusiasmo cómo había sido creado. Su obra representaba un bosque encantado lleno de colores vibrantes y animales juguetones.

Cada detalle estaba cuidadosamente dibujado para resaltar la importancia de proteger la naturaleza. Cuando terminó su presentación, el jurado quedó impresionado por el talento y la pasión de Adriana. Pasaron horas evaluando todas las obras antes de tomar una decisión final.

Finalmente, llegó el momento tan esperado: anunciaron a los ganadores del concurso. El primer lugar fue para una hermosa escultura que representaba la diversidad de especies en peligro de extinción.

Pero cuando mencionaron al segundo lugar, todos los ojos se posaron sobre Adriana. "-¡Adriana! ¡Eres tú!", exclamó Lola emocionada. Adriana no podía creerlo; había ganado el segundo lugar con su pintura sobre el bosque encantado. Estaba tan feliz que no paraba de sonreír mientras recibía su premio.

A partir de ese día, Adriana se convirtió en una pequeña embajadora del medio ambiente a través del arte.

Sus pinturas fueron expuestas en diferentes lugares, y su mensaje sobre la importancia de cuidar y preservar la naturaleza llegó a muchas personas. Adriana aprendió que cada uno de nosotros tiene el poder de hacer una diferencia, incluso desde pequeños. Y así, con su arte inspirador, logró despertar conciencia en los demás sobre la belleza y fragilidad del mundo natural.

Dirección del Cuentito copiada!