The Portal of Courage
Había una vez un chico llamado Tomás que vivía en un pequeño pueblo rodeado de verdes campos. Tomás era curioso y siempre buscaba aventuras en cada rincón.
Un día, mientras exploraba cerca del bosque, descubrió un misterioso portal dimensional oculto entre los árboles. Aunque sentía miedo, la emoción lo invadió y decidió cruzar el portal para descubrir qué se escondía al otro lado. Al pasar por el portal, se encontró en un lugar muy diferente al suyo.
Habían coches voladores, edificios altos y todo parecía tan extraño. Tomás estaba asustado y no sabía cómo volver a casa. Caminando sin rumbo fijo, se encontró con una anciana muy peculiar vestida con largas túnicas moradas.
"Hola joven viajero", dijo la anciana amablemente. "¡Hola! ¿Puedes ayudarme a volver a mi casa? Estoy perdido", respondió Tomás con esperanza en su voz.
La anciana sonrió y le explicó que era una bruja poderosa capaz de hacer hechizos para ayudar a las personas. Prometió ayudarlo a regresar a su hogar si él cumplía tres tareas difíciles pero importantes. Tomás aceptó sin dudarlo y comenzaron la primera tarea: encontrar una llave dorada escondida en el fondo del mar más profundo.
Con valentía y determinación, Tomás buceó hasta lo más profundo del océano y finalmente encontró la llave dorada brillante. La segunda tarea fue escalar la montaña más alta donde solo crecían plantas gigantes llenas de espinas.
Con paciencia y astucia, Tomás logró llegar a la cima y encontró una flor mágica que solo florecía una vez al año. La tercera tarea consistió en enfrentar su mayor miedo: las alturas.
Tomás tuvo que volar en un globo aerostático hasta las nubes más altas del cielo. A pesar de su temor, se armó de valor y superó su miedo.
Después de completar las tres tareas, la bruja cumplió su promesa y realizó un poderoso hechizo para enviar a Tomás de regreso a casa. El portal dimensional se abrió nuevamente y con gratitud en el corazón, Tomás atravesó el portal sin mirar atrás.
Cuando llegó al otro lado, se dio cuenta de que estaba parado justo donde había cruzado por primera vez. Corrió hacia su hogar y abrazó a sus padres con alegría mientras les contaba todas sus aventuras. Tomás aprendió muchas lecciones valiosas durante su viaje.
Aprendió sobre la importancia del coraje, la perseverancia y cómo superar los miedos para alcanzar sus sueños. También aprendió que siempre hay personas dispuestas a ayudarnos si nos atrevemos a pedirlo.
Desde ese día, Tomás nunca dejó de explorar el mundo que lo rodeaba, pero ahora lo hacía con mayor sabiduría y confianza en sí mismo. Siempre recordaría el poder del amor propio y la amabilidad hacia los demás.
Y así, Tomás vivió felizmente en su pintoresco pueblo rodeado de campos verdes sabiendo que siempre había un camino esperándolo más allá del portal dimensional.
FIN.