The Power of Coherent Words
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Coherencia, donde todos los habitantes vivían en armonía y paz.
En ese lugar mágico, las palabras tenían un poder especial: cuando alguien decía algo incoherente, se producían situaciones extrañas y divertidas. En esa villa vivía Mateo, un niño curioso y lleno de energía. Un día, mientras caminaba por el parque del pueblo, encontró un objeto brillante en el suelo.
Era una pulsera con diferentes colores que parecía tener vida propia. Mateo decidió ponérsela sin saber que esa pulsera tenía poderes especiales. A partir de ese momento, cada vez que Mateo decía algo incoherente, la pulsera lo transportaba a lugares sorprendentes y le enseñaba importantes lecciones.
Un día soleado, Mateo estaba jugando con sus amigos en el parque cuando dijo: "¡Ojalá pudiera volar como un pájaro!". De repente, la pulsera comenzó a brillar intensamente y Mateo se elevó por los aires.
Flotaba entre las nubes mientras disfrutaba de una vista increíble. "¡Esto es genial!" exclamó emocionado Mateo mientras volaba sobre su pueblo. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que no sabía cómo volver al suelo.
Asustado pero decidido a encontrar una solución coherente para regresar sano y salvo, recordó lo importante que era seguir las instrucciones adecuadas. "Si quiero volver al suelo -pensó- tengo que pensar en cómo hacerlo de manera segura".
Entonces pensó detenidamente y recordó que los pájaros utilizaban sus alas para descender suavemente. Siguiendo ese razonamiento, Mateo comenzó a mover sus brazos como si fueran alas y poco a poco descendió hasta tocar el suelo con cuidado.
A medida que pasaban los días, la pulsera llevaba a Mateo a diferentes aventuras. En una ocasión, mientras jugaba con su hermanita Sofía, ella le preguntó: "¿Por qué los árboles son de colores?". Mateo respondió sin pensar: "Porque las mariposas les pintan las hojas todas las noches".
La pulsera brilló nuevamente y transportó a Mateo al bosque encantado de Villa Coherencia. Allí se encontró rodeado de árboles gigantes y coloridos. Comprendió en ese momento que era importante siempre buscar respuestas coherentes y basadas en la realidad.
"Los árboles son de colores porque durante el otoño cambian sus hojas debido al cambio de temperatura" explicó Mateo a Sofía cuando regresaron al parque.
Con cada experiencia vivida, Mateo aprendía algo nuevo sobre la importancia de ser coherente en sus palabras. Aprendió a pensar antes de hablar y a expresarse con claridad para evitar malentendidos. Un día, mientras estaba en clase, el maestro les propuso un desafío: debían resolver un problema matemático utilizando únicamente palabras coherentes.
Mateo se sintió emocionado y seguro de sí mismo. Pensó detenidamente antes de responder y dio una explicación lógica y precisa del problema planteado por el maestro.
El resto del día fue genial para Mateo, ya que se dio cuenta de que había logrado superar el desafío gracias a su habilidad para utilizar palabras coherentes. La pulsera, satisfecha con los avances de Mateo, decidió desaparecer.
Pero Mateo no la necesitaba más, ya había aprendido la importancia de ser coherente en sus palabras y acciones. A partir de ese día, Mateo se convirtió en un ejemplo para todos los habitantes de Villa Coherencia.
Su habilidad para expresarse correctamente y pensar antes de hablar lo llevó a tener una vida llena de éxito y felicidad. Y así, Villa Coherencia siguió siendo un lugar mágico donde las palabras tenían poder, pero ahora todos sus habitantes entendían la importancia de ser coherentes en todo momento.
FIN.