The Power of Connection



Había una vez un niño llamado Santi, quien tenía autismo. A pesar de su condición, era un niño muy inteligente y curioso. Siempre estaba buscando nuevos desafíos para aprender cosas nuevas.

Un día, Santi decidió que quería desafiar a su mamá en una competencia de conocimientos. Él sabía que su mamá era muy inteligente y siempre le enseñaba muchas cosas interesantes, pero él también quería demostrarle todo lo que había aprendido por sí mismo.

"Mamá, quiero desafiarte en una competencia de preguntas y respuestas", dijo Santi emocionado. Su mamá sonrió y aceptó el desafío con gusto. Ella sabía que Santi era muy inteligente y estaba ansiosa por ver cuánto había aprendido.

Santi empezó a hacer preguntas sobre diferentes temas: matemáticas, ciencias, historia e incluso sobre animales exóticos. Su mamá respondió correctamente a todas las preguntas sin problemas. Pero entonces, Santi hizo una pregunta distinta:"Mamá, ¿qué es el amor?"La mamá se sorprendió con esa pregunta.

No esperaba algo tan profundo viniendo de su hijo pequeño. Tomó un momento para pensar antes de responder:"El amor es cuando sientes un cariño especial por alguien o algo. Es querer cuidarlo y protegerlo siempre".

Santi asintió con la cabeza como si estuviera procesando la respuesta en su mente.

Pero luego fue el turno de Santi de hacerle una pregunta a su mamá:"Mamá, ¿por qué me amas?"La mamá miró a los ojos de su hijo y respondió sinceramente:"Te amo porque eres mi hijo. Te amo por todas las cosas maravillosas que haces y por la persona increíble que eres. Tu inteligencia, tu curiosidad y tu valentía me inspiran todos los días".

Santi sonrió y abrazó a su mamá con fuerza. "Gracias, mamá. Yo también te amo mucho".

La competencia de preguntas continuó durante un rato más, pero esta vez ambos participantes se dieron cuenta de algo importante: no importaba quién respondiera más preguntas correctamente, lo que realmente importaba era el amor y la conexión especial que compartían como madre e hijo. Desde aquel día, Santi siguió desafiándose a sí mismo en diferentes áreas del conocimiento. Aprendió sobre arte, música y literatura.

Cada vez que descubría algo nuevo, compartía su emoción con su mamá. Y así fue como Santi demostró al mundo entero que tener autismo no era una limitación para aprender y ser brillante.

Su amor por el conocimiento y su valentía para enfrentar nuevos desafíos lo llevaron lejos en la vida. Fin

FIN.

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