The Safe Adventures of Lucas and Valentina


Había una vez una familia que vivía en una pequeña casita lejos del pueblo. Mama Diana y Papa Ariel tenían dos hijos muy curiosos y traviesos, Lucas y Valentina.

Un día, los papás tuvieron que salir a trabajar y dejaron a sus hijos solos en casa. Antes de irse, Mama Diana les dijo a Lucas y Valentina: "Recuerden chicos, no deben abrir la puerta a personas extrañas. Si alguien llama o toca la puerta, avísenme de inmediato".

Los niños asintieron con la cabeza y prometieron obedecer las instrucciones de sus papás. Sin embargo, mientras jugaban en su habitación, escucharon un fuerte golpe en la puerta principal.

Lucas se acercó sigilosamente a la ventana para ver quién estaba afuera. Vio a un hombre desconocido que parecía necesitar ayuda. Valentina se acercó preocupada: "¿Qué hacemos, Lucas? Mamá y papá nos dijeron que no debemos abrir la puerta".

Lucas pensó por un momento antes de responder: "Tienes razón, Valen. No podemos abrirle a alguien que no conocemos". Decididos a seguir las instrucciones de sus padres, los hermanos buscaron el teléfono para llamarles y contarles lo sucedido.

Pero justo cuando estaban marcando el número, escucharon al extraño hablar desde afuera:"¡Por favor! ¡Necesito ayuda! Me he perdido en este bosque y estoy cansado". Lucas sintió compasión por el hombre perdido pero recordó las palabras de sus padres: "No debemos abrirle la puerta a personas extrañas".

Valentina también recordó algo importante: "Lucas, podemos ayudarlo sin abrir la puerta. Podemos llamar a la policía para que vengan y lo ayuden". Lucas sonrió y asintió con la cabeza.

Juntos, los hermanos buscaron el número de emergencia en una lista telefónica y llamaron a la policía. "¡Hola! Hay un hombre perdido afuera de nuestra casa en el bosque. Por favor, envíen ayuda", dijo Lucas al teléfono. La amable voz del oficial les aseguró que enviarían a alguien inmediatamente.

Pocos minutos después, llegaron dos policías al lugar. Los niños esperaron dentro de su casa mientras los oficiales hablaban con el hombre perdido. Pronto, volvieron hacia ellos para darles las gracias por su valentía y responsabilidad.

"¡Chicos! Hicieron lo correcto al no abrirle la puerta al desconocido", dijo uno de los oficiales. "El señor estaba perdido pero ahora está seguro gracias a ustedes".

Lucas y Valentina se sintieron orgullosos de sí mismos por haber seguido las instrucciones de sus padres y haber encontrado una manera segura de ayudar al hombre perdido. Cuando Mama Diana y Papa Ariel regresaron del trabajo, los niños les contaron todo lo sucedido.

Los papás estaban muy orgullosos de ellos por ser tan responsables y cuidadosos. Desde ese día, Lucas y Valentina aprendieron una lección importante: siempre deben seguir las instrucciones de sus papás y pensar en maneras seguras de ayudar a otros sin ponerse en peligro.

Y así, esta historia nos enseña que, aunque a veces podemos sentir compasión por los demás, es importante recordar las reglas de seguridad y buscar ayuda de manera responsable.

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