The School Builder


Había una vez una niña llamada Andrea que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas. Andrea era muy curiosa y siempre tenía muchas preguntas sobre el mundo que la rodeaba.

Sin embargo, nunca había tenido la oportunidad de ir a la escuela, ya que en su pueblo no había ninguna. Un día, mientras caminaba por el bosque cerca de su casa, Andrea encontró un antiguo libro abandonado entre los árboles.

Lo abrió y descubrió que era un libro sobre las maravillas del conocimiento y la importancia de aprender cosas nuevas cada día. Andrea se emocionó mucho al leerlo y decidió que quería ir a la escuela para aprender todo lo posible.

Pero ¿cómo podría hacerlo si no había ninguna en su pueblo? Decidió hablar con sus padres sobre su deseo. "Mamá, papá, he encontrado este libro increíble sobre aprender cosas nuevas y quiero ir a la escuela", dijo Andrea entusiasmada.

Sus padres se sorprendieron pero estaban felices de verla tan motivada. "¡Eso es maravilloso, hija!", exclamaron. "Aunque no haya una escuela aquí, haremos todo lo posible para ayudarte".

Los padres de Andrea buscaron soluciones creativas y finalmente encontraron una respuesta: podrían inscribirla en una escuela virtual donde podría aprender desde casa utilizando internet. Andrea estaba emocionada ante esta idea y comenzó a estudiar todos los días con entusiasmo. A medida que pasaba el tiempo, aprendió matemáticas, ciencias naturales e incluso idiomas extranjeros.

Pero pronto se dio cuenta de algo: aunque estaba aprendiendo muchísimo, también extrañaba tener compañeros de clase con quienes compartir sus experiencias y hacer amigos. Un día, Andrea tuvo una idea brillante.

Decidió crear su propia escuela en el pueblo. Habló con los vecinos y les explicó su plan. Todos estuvieron de acuerdo en que era una excelente idea y decidieron ayudarla a construir la escuela.

Andrea y los habitantes del pueblo trabajaron duro para levantar la escuela. Pintaron las paredes, arreglaron las ventanas e incluso plantaron un hermoso jardín en el patio trasero. Cuando finalmente terminaron, Andrea estaba emocionada por empezar las clases en su nueva escuela.

Invitó a todos los niños del pueblo a unirse a ella y pronto se llenó de risas y alegría. En esa pequeña escuela, Andrea aprendió muchas cosas nuevas junto con sus amigos. Juntos exploraban el mundo, resolvían problemas y compartían conocimientos.

Con el tiempo, la noticia sobre la increíble escuela de Andrea se extendió por todo el país. Muchos niños querían ir allí para aprender de manera divertida e inspiradora. Andrea nunca dejó de aprender ni perdió su curiosidad innata.

Se convirtió en una maestra excepcional que enseñaba a otros niños cómo descubrir el mundo a través del conocimiento y la amistad.

Y así fue como Andrea logró cumplir su sueño de ir a la escuela y al mismo tiempo ayudar a otros niños a encontrar su pasión por aprender cada día más.

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