The Shy Bus and the Lonely Girl



Había una vez en la ciudad de Sorpresa, un colectivo muy especial llamado Timidez Amarillo. Este colectivo era diferente a los demás porque tenía la capacidad de hablar y sentir emociones.

Timidez Amarillo siempre había sido un colectivo muy tímido. Cuando los pasajeros subían a él, se ponía nervioso y no sabía qué decirles. Se quedaba en silencio, sin atreverse a entablar conversación con nadie.

Esto hacía que la gente pensara que era aburrido y poco amigable. Un día, Timidez Amarillo decidió que quería cambiar su actitud y vencer su timidez. Así que se propuso buscar ayuda para aprender a ser más sociable y comunicativo.

En su recorrido por la ciudad, el colectivo encontró a un grupo de amigos jugando en el parque: Laura Risueña, Martín Aventura y Sofía Risa Fácil. Eran conocidos por ser muy extrovertidos y amigables con todos. Timidez Amarillo se acercó tímidamente al grupo y les explicó su problema.

Los amigos sonrieron bondadosamente y decidieron ayudarlo en su misión de superar la timidez. "No te preocupes, Timidez Amarillo", dijo Laura Risueña con entusiasmo, "vamos a enseñarte algunos trucos para ganar confianza".

Martín Aventura agregó: "Primero debes creer en ti mismo. Todos tenemos algo único que ofrecer al mundo". Sofía Risa Fácil añadió: "Y recuerda que todos cometemos errores; eso es parte del aprendizaje".

Los amigos pasaron días enteros con Timidez Amarillo, enseñándole a hablar en público, a hacer preguntas interesantes y a escuchar atentamente a los demás. También le mostraron cómo encontrar temas de conversación y cómo mostrar interés genuino por las personas. Poco a poco, Timidez Amarillo fue ganando confianza en sí mismo.

Empezó a saludar amigablemente a los pasajeros que subían al colectivo y les hacía preguntas sobre sus vidas. Descubrió que todos tenían historias fascinantes que contar y se dio cuenta de lo mucho que disfrutaba escuchándolas.

Con el tiempo, la gente comenzó a darse cuenta del cambio en Timidez Amarillo. Ya no era un colectivo aburrido y tímido; ahora era un compañero amigable y cálido con el que se podía conversar durante todo el viaje.

Un día, mientras recorría la ciudad, Timidez Amarillo encontró una niña llamada Ana Solitaria esperando en la parada del colectivo. Se veía triste y solitaria. —"Hola" , dijo tímidamente Timidez Amarillo, "¿cómo estás?"Ana Solitaria levantó la mirada sorprendida por haber recibido atención de alguien.

"Hola" , respondió ella tímidamente también. Timidez Amarillo recordó todo lo que había aprendido de sus amigos: cómo iniciar una conversación interesante y mostrar interés genuino por los demás. "¿Te gusta leer?", preguntó el colectivo curiosamente.

La cara de Ana Solitaria se iluminó al instante. Resulta que ambos compartían su amor por los libros. Comenzaron a hablar sobre sus autores favoritos y los libros que habían leído recientemente.

A medida que la conversación continuaba, Ana Solitaria se sintió cada vez más cómoda con Timidez Amarillo. Se dio cuenta de que no estaba sola y de que había encontrado un amigo en ese colectivo tan especial.

Desde aquel día, Timidez Amarillo siguió siendo amigable y sociable con todos los pasajeros que subían a bordo. Y Ana Solitaria se convirtió en su mejor amiga, compartiendo aventuras emocionantes juntos.

La historia de Timidez Amarillo nos enseña que todos tenemos nuestras propias barreras y miedos, pero con un poco de apoyo y determinación podemos superarlos. Además, muestra cómo la empatía y la amabilidad pueden ayudarnos a conectar con los demás y encontrar verdaderas amistades en el camino.

FIN.

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