The Voice Within



Había una vez un niño llamado Lucas, que era muy inteligente y creativo. Sin embargo, tenía un problema: tartamudeaba al hablar. Esto hacía que algunos de sus compañeros de clase, como Ana y Mateo, se burlaran de él.

Lucas se sentía triste y avergonzado cada vez que Ana y Mateo se reían de su forma de hablar. Intentaba evitarlos en la medida de lo posible, pero siempre parecían encontrar una manera de hacerle sentir mal.

Un día, mientras Lucas caminaba por el parque después del colegio, encontró a un anciano sentado en un banco. El anciano notó que Lucas estaba triste y decidió acercarse a él.

"Hola, joven ¿qué te pasa? Pareces preocupado", preguntó el anciano con amabilidad. Lucas miró al anciano con timidez y le explicó cómo Ana y Mateo se burlaban constantemente de él por ser tartamudo. El anciano sonrió comprensivamente y dijo: "Lucas, déjame contarte una historia".

El anciano comenzó su relato:"Hace muchos años vivió un pequeño pájaro llamado Pipo. Pipo también tenía algo especial en su forma de cantar; no podía emitir notas tan fuertes como los demás pájaros".

Lucas escuchaba atentamente la historia del anciano mientras imaginaba a Pipo volando entre los árboles del parque. "Pipo era diferente a los demás pájaros, pero eso no le importaba.

A pesar de tener una voz más suave, seguía cantando con todo su corazón porque sabía que lo importante era expresarse tal como uno es", continuó el anciano. Lucas reflexionó sobre las palabras del anciano y comenzó a sentirse más animado. Si Pipo podía aceptarse a sí mismo, tal vez él también podría hacerlo.

El anciano notó el cambio en la expresión de Lucas y le dio un consejo: "Lucas, no importa lo que los demás piensen o digan sobre ti. Eres único y especial tal como eres. No dejes que las burlas te definan".

Lucas sonrió tímidamente al anciano y asintió con la cabeza. Agradecido por sus palabras de aliento, se despidió y regresó a casa con una nueva determinación en su corazón.

Al día siguiente, cuando Ana y Mateo comenzaron a burlarse de Lucas nuevamente, él decidió enfrentarlos con valentía. "Sí, tartamudeo al hablar ¿y qué? Eso no me hace menos inteligente ni menos capaz que ustedes", les dijo Lucas con firmeza. Ana y Mateo se quedaron sorprendidos por la actitud segura de Lucas.

Poco a poco, dejaron de burlarse ya que no encontraban ninguna reacción negativa en él. Con el tiempo, otros compañeros comenzaron a admirar la confianza y determinación de Lucas.

Descubrieron que era un gran amigo e incluso le pidieron ayuda con sus propios problemas. A medida que pasaba el tiempo, Ana y Mateo también aprendieron una valiosa lección gracias a Lucas: nunca juzgar o burlarse de alguien solo por sus diferencias.

Desde aquel día en adelante, Lucas siguió siendo tartamudo pero ya no permitía que eso limitara su felicidad ni su autoestima. Se convirtió en un ejemplo de aceptación y respeto para todos los que lo conocían.

Y así, Lucas demostró que no importa cuántas dificultades enfrentemos, siempre podemos superarlas si nos aceptamos a nosotros mismos y compartimos nuestra luz con el mundo. Fin.

FIN.

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