The Wondrous Wishful Meat
Había una vez un niño llamado José que vivía en un pequeño pueblo. José era muy curioso y siempre estaba buscando nuevas aventuras.
Un día, su mamá le dijo que iba a ir al mercado a comprar carne para la cena. José se emocionó mucho y decidió acompañar a su mamá al mercado. Juntos caminaron por las coloridas calles del pueblo hasta llegar al bullicioso mercado.
Había puestos de frutas, verduras y flores por todas partes, pero el puesto de carne era el más concurrido. Cuando llegaron al puesto de carne, la mamá de José saludó amablemente al carnicero. "Buenos días", dijo ella con una sonrisa.
"Necesito un poco de carne fresca para la cena". El carnicero asintió y comenzó a mostrarle diferentes tipos de cortes de carne. Mientras tanto, José observaba todo con gran interés. De repente, vio algo fuera de lo común en uno de los estantes.
"¡Mamá! ¡Mira eso!", exclamó José señalando hacia una extraña pieza de carne brillante. La mamá miró hacia donde señalaba José y se sorprendió al ver una pieza de carne completamente dorada y reluciente.
El carnicero explicó que esa era una pieza especial conocida como "carne mágica". Decían que tenía poderes especiales y podía cumplir deseos. José quedó fascinado por esa historia y no pudo evitar preguntar: "¿Puede cumplir cualquier deseo?".
El carnicero sonrió y respondió: "Sí, pero solo si se cocina adecuadamente". La mamá de José decidió comprar un poco de esa carne mágica para probarla. Llegaron a casa emocionados y la mamá comenzó a preparar la cena. Mientras cocinaba, José pensó en qué deseo podría pedir.
Finalmente, llegó el momento de probar la carne mágica. La mamá de José sirvió los platos y todos comenzaron a comer en silencio. De repente, algo increíble sucedió: cada bocado que daban se convertía en una risa contagiosa.
"¡Ja, ja, ja!", reían todos mientras seguían comiendo. José estaba feliz y aprovechó el momento para pedir su deseo: "Quiero que todas las personas del mundo sean amables entre sí".
De repente, una luz brillante llenó la habitación y cuando se disipó, todos notaron un cambio en el ambiente. Las sonrisas eran más frecuentes y las palabras amables se escuchaban por todas partes.
Desde ese día, José aprendió que los deseos pueden hacerse realidad si creemos en ellos y trabajamos para lograrlos. Él se convirtió en un niño valiente que siempre buscaba formas de hacer felices a los demás.
Y así fue como la visita al mercado para comprar carne se convirtió en una aventura inolvidable llena de magia y enseñanzas para José y su mamá.
FIN.