Tiago y el dragón protector del río
Había una vez en un reino lejano, un pequeño niño llamado Tiago. Tiago era un niño muy especial, ya que tenía el poder de hablar con los animales y las criaturas mágicas del bosque.
Un día mientras caminaba por el bosque se encontró con un gran dragón llamado Ernesto. - ¡Hola! -dijo Tiago emocionado- ¿Eres realmente un dragón? - Sí, lo soy -respondió Ernesto- pero no te preocupes, no voy a hacerte daño.
- ¡Guau! Esto es increíble -exclamó Tiago-. Nunca he conocido a alguien como tú antes. Ernesto y Tiago se hicieron amigos rápidamente y pasaron muchos días explorando juntos el bosque. Sin embargo, pronto descubrieron que algo extraño estaba sucediendo en el reino.
El agua del río se estaba volviendo cada vez más sucia y muchos animales estaban enfermando. - Tenemos que hacer algo para ayudarlos -dijo Tiago decidido. - Pero ¿cómo podemos hacerlo? -preguntó Ernesto preocupado.
Fue entonces cuando Daniel, un sabio búho que vivía cerca del río, les dio una idea brillante. Él les explicó que la fuente del río estaba siendo contaminada por la fábrica de jabones en el pueblo cercano.
Les dijo que si podían detener la fábrica de jabones, podrían salvar al río y a todos los animales que dependen de él. Tiago y Ernesto trabajaron juntos para encontrar una manera de detener la fábrica.
Finalmente idearon un plan ingenioso: Tiago distraería a los guardias mientras Ernesto destruía la maquinaria. El plan funcionó a la perfección y pronto el agua del río volvió a ser cristalina. Los animales estaban felices y saludables otra vez gracias al esfuerzo de Tiago y Ernesto.
- ¡Lo logramos! -exclamó Tiago emocionado-. Hicimos algo importante juntos. - Sí, lo hicimos -dijo Ernesto sonriendo-. Y aprendimos que cuando trabajamos juntos, podemos hacer grandes cosas. Desde ese día en adelante, Tiago y Ernesto se convirtieron en héroes del reino.
Todos sabían que podían contar con ellos para proteger la naturaleza y cuidar de las criaturas mágicas del bosque. Y así, vivieron felices para siempre haciendo el bien en su mundo mágico.
FIN.