Tico y la danza salvadora
Había una vez en las hermosas tierras de Guanacaste, un pequeño zorrito llamado Tico que vivía en un bosque lleno de árboles de guanacaste. Tico era curioso y siempre estaba buscando nuevas aventuras para vivir.
Un día, mientras caminaba por el bosque, Tico se encontró con Doña Gilda, una viejecita muy sabia que conocía todas las tradiciones de Guanacaste.
Doña Gilda le dijo a Tico: "Pequeño zorrito, para mantener nuestras tradiciones vivas, debes aprender sobre la danza del tambito, una danza típica de nuestra región". Tico se emocionó al escuchar sobre la danza del tambito y decidió aprenderla para enseñar a todos sus amigos del bosque.
Con la ayuda de Doña Gilda, practicaron juntos todos los pasos y movimientos de la danza. Un día, llegó el festival anual en el pueblo de Guanacaste y Tico decidió mostrar lo que había aprendido.
Cuando subió al escenario y comenzó a bailar el tambito, todos quedaron maravillados por su gracia y energía. Los animales del bosque se unieron a él en un baile lleno de alegría y color. "¡Qué bien bailás, Tico! -dijo Doña Gilda con orgullo-. Gracias por mantener viva nuestra tradición.
"Pero justo cuando todo parecía perfecto, un fuerte viento empezó a soplar y amenazaba con arruinar el festival. Todos estaban preocupados por lo que pudiera pasar. "Tranquilos amigos", dijo Tico con determinación.
"Recuerdo una antigua tradición de Guanacaste que puede ayudarnos en esta situación. "Tico recordó las palabras de Doña Gilda sobre la importancia de respetar la naturaleza y decidió realizar una ceremonia para pedirle al viento que se calmara.
Todos los animales se unieron en círculo alrededor del fuego sagrado mientras Tico ofrecía hojas secas de guanacaste como ofrenda. Y entonces algo increíble sucedió: el viento cesó su furia y trajo consigo una suave brisa que refrescaba a todos los presentes.
El festival pudo continuar sin problemas gracias a la sabiduría y respeto por las tradiciones de Tico y sus amigos. Al finalizar el festival, Doña Gilda felicitó a Tico por su valentía y sabiduría: "Gracias a ti hemos podido disfrutar del festival en paz.
Eres un verdadero guardián de nuestras tradiciones. "Tico sonrió feliz sabiendo que había cumplido su misión de mantener vivas las tradiciones de Guanacaste y enseñar a otros sobre la importancia del respeto hacia la naturaleza y la cultura local.
Y así, entre bailes folklóricos y ceremonias ancestrales, Guanacaste seguía brillando con todo su esplendor gracias al espíritu aventurero e inspirador del pequeño zorrito llamado Tico.
FIN.