Tico y su equipo de monos aventureros
Había una vez un guacamayo llamado Tico que vivía en la selva. Un día, mientras volaba en busca de comida, encontró un árbol lleno de deliciosas frutas.
Pero para su desgracia, el árbol estaba justo al lado de la casa de los jaguares, los depredadores más temidos de la selva. Tico estaba muy asustado y no sabía qué hacer. Sabía que si se acercaba a la casa de los jaguares, estaría en peligro.
Pero también tenía mucha hambre y quería esas frutas. Después de mucho pensarlo, decidió ir a pedir ayuda. - ¡Hola amigos! -dijo Tico al llegar a la casa de los monos-.
¿Podrían ayudarme? Hay un árbol lleno de frutas deliciosas justo al lado de la casa de los jaguares, pero tengo miedo. Los monos se miraron entre sí y luego uno de ellos dijo:- No te preocupes Tico, nosotros podemos ayudarte.
Vamos a crear una distracción para que puedas agarrar las frutas sin ser visto por los jaguares. Así fue como los monos empezaron a hacer ruidos y gritar muy fuerte para llamar la atención de los jaguares mientras Tico agarraba las frutas rápidamente y salía corriendo hacia su hogar.
Pero cuando llegó allí, se dio cuenta que había olvidado algunas frutas cerca del árbol. Estaba muy triste porque no quería volver allí solo.
- No te preocupes amigo -le dijo uno de los monos-, nosotros iremos contigo esta vez. Y así fue como juntos, Tico y los monos, fueron al árbol de las frutas. Los jaguares estaban allí, pero gracias a la distracción que habían creado antes, no prestaron atención a Tico y sus amigos.
Tico estaba muy contento y agradecido con los monos por haberlo ayudado. Aprendió que en la selva es importante tener amigos y trabajar juntos para superar los obstáculos.
Desde ese día en adelante, Tico nunca más tuvo miedo de pedir ayuda cuando lo necesitaba. Y siempre recordaría el gran valor de la amistad y la importancia de trabajar en equipo.
FIN.