Tiempo con Abuelos


Lucía era una niña muy curiosa y siempre estaba buscando algo nuevo que hacer. Un día, su mamá le dijo que iban a visitar a sus abuelos, la abu Silvia y el abu Tony.

Cuando llegaron, Lucía se sorprendió al ver lo divertidos que eran sus abuelos. La abu Silvia le enseñó a jugar al dominó y el abu Tony le mostró cómo armar un rompecabezas.

Lucía estaba feliz de pasar tiempo con ellos, pero pronto se dio cuenta de que algo no andaba bien. La abu Silvia tenía problemas para caminar y el abu Tony parecía estar triste todo el tiempo.

Un día, mientras jugaban al escondite en el jardín, Lucía decidió preguntarles qué les pasaba:-Abus, ¿están bien? Parecen un poco tristes -dijo Lucía preocupada. -La verdad es que estamos un poco cansados -respondió la abu Silvia-. Ya somos mayores y nos cuesta hacer algunas cosas. -Es cierto -confirmó el abu Tony-.

Además, nos sentimos solos a veces porque nuestros amigos ya no están aquí. Lucía sintió mucha tristeza por ellos y decidió hacer algo para animarlos:-¡Ya sé! Podemos organizar una fiesta para ustedes.

Invitaremos a todos sus amigos y así podrán divertirse juntos otra vez. La idea entusiasmó tanto a los abuelos que empezaron a planear todo de inmediato.

Lucía ayudó en cada detalle: decoraron la casa con globos y guirnaldas, prepararon comida deliciosa e incluso hicieron una piñata llena de dulces. Cuando llegaron los amigos de la abu Silvia y el abu Tony, Lucía se dio cuenta de que su plan había sido un éxito. Los abuelos estaban felices y contentos, riendo y bailando con sus amigos.

Lucía aprendió una importante lección ese día: que no importa cuán mayores seamos o cuántas dificultades tengamos en la vida, siempre podemos encontrar maneras de divertirnos y ser felices juntos.

Y así fue como Lucía disfrutó del tiempo con sus abuelos, jugando y aprendiendo cosas nuevas cada día.

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