Tiempos de sueños



Había una vez en una casa muy acogedora a las afueras de la ciudad, dos hermanitos llamados Silvia y Ángel. Silvia tenía 6 años y Ángel 3, eran inseparables y compartían todo, desde sus juguetes hasta sus travesuras.

Todas las noches, antes de irse a dormir, su mamá les leía un cuento mágico que los transportaba a tierras lejanas llenas de aventuras y fantasía.

Los ojitos de Silvia brillaban como estrellas mientras escuchaba cada palabra con atención, y Ángel reía emocionado ante cada giro inesperado de la historia. "¡Mamá, por favor! ¡Un cuento más!", pedían los dos al unísono cada noche.

Pero el problema era que se emocionaban tanto con la lectura que no querían apagar la luz ni irse a la cama a dormir. Discutían entre risas sobre qué personaje les había gustado más o cómo hubieran actuado ellos en esa situación imaginaria. Por las mañanas, sin embargo, las cosas cambiaban.

Silvia y Ángel se despertaban cansados y somnolientos por haberse quedado despiertos hasta tarde discutiendo sobre el cuento. Sus ojitos brillantes ahora estaban adormilados y sus risas habían dado paso al bostezo.

Un día, su mamá decidió hablar seriamente con ellos:"Mis queridos hijos, sé que aman los cuentos y disfrutan pasar tiempo juntos antes de dormir. Pero es importante que aprendan a respetar su hora de descanso para estar frescos y activos durante el día.

"Silvia miró a su hermanito Ángel con complicidad, sabiendo que debían hacerle caso a mamá para sentirse mejor por las mañanas. A partir de esa noche, decidieron acostarse temprano después del cuento mágico.

Aunque extrañaban quedarse despiertos charlando sobre sus historias favoritas, comprendieron lo importante que era descansar lo suficiente para poder disfrutar al máximo cada nuevo día. Con el tiempo, Silvia y Ángel notaron cómo sus energías volvían y sus sonrisas se hacían aún más grandes al despertar listos para vivir nuevas aventuras juntos.

Aprendieron que el equilibrio entre diversión y descanso era clave para ser felices y saludables.

Y así continuaron viviendo muchas otras historias maravillosas en compañía de su amada mamá, siempre recordando aquella valiosa lección: saber disfrutar del presente sin olvidar cuidar de sí mismos para un futuro lleno de sueños por cumplir.

FIN.

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