Tigre en la plaza



Un día, Basti y Sofi se despertaron temprano para ver al gatito que habían encontrado en la plaza. Pero algo extraño sucedió.

Cuando llegaron a la caja de zapatos donde lo habían dejado la noche anterior, encontraron un tigre dormido. - ¡Mira Sofi! - exclamó Basti sorprendido - ¡El gatito creció y ahora es un tigre! Sofi se acercó con cautela al tigre y le acarició el lomo.

El animal ronroneó como si fuera un gran gato doméstico. - ¿Qué haremos ahora? - preguntó Sofi preocupada. Basti pensaba mientras miraba al tigre jugar con una pelota que había encontrado en el cuarto. De repente tuvo una idea.

- Podríamos llevarlo al zoológico - dijo entusiasmado - allí tendrá más espacio para correr y jugar con otros animales como él. Sofi sonrió asintiendo con la cabeza.

Juntos prepararon todo lo necesario para llevar al tigre al zoológico: comida, agua, juguetes y una manta para hacerle sentir cómodo durante el viaje. Cuando llegaron al zoológico, los encargados de los animales quedaron impresionados por el tamaño del tigre. Lo examinaron cuidadosamente y confirmaron que estaba sano y bien alimentado.

Luego lo pusieron en un recinto especial donde podría vivir feliz rodeado de otros animales de su especie. Basti y Sofi visitaban regularmente a su amigo felino en el zoológico.

Observaban cómo corría libremente por el recinto, cazaba su propia comida y se relacionaba con otros tigres. Ellos sabían que habían hecho lo correcto al llevarlo allí, porque el tigre estaba feliz y seguro.

La historia del gatito que se convirtió en un tigre enseñó a Basti y Sofi la importancia de cuidar a los animales y respetar su hábitat natural. Además, aprendieron que es mejor dejar en manos de expertos a los animales salvajes que no pueden ser cuidados en casa.

FIN.

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