Tika y el Arte que Brilla



Había una vez una niña llamada Tika, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de hermosos paisajes. A Tika le encantaba jugar al aire libre, explorar el medio ambiente, leer cuentos y pintar.

Sin embargo, a pesar de todas las cosas maravillosas que hacía, Tika siempre sentía que todo lo que hacía estaba mal. Se comparaba con los demás niños del pueblo y creía que no era tan buena como ellos en nada.

Esto la entristecía mucho y comenzó a perder la confianza en sí misma. Un día, mientras caminaba por el bosque cerca de su casa, encontró un viejo libro mágico escondido entre los árboles. Decidió llevárselo a casa y explorarlo.

Cuando abrió sus páginas polvorientas, apareció un hada muy especial llamada Estrella. - Hola Tika -dijo el hada con una voz suave-. He venido para ayudarte a descubrir tu verdadero potencial. Tika se sorprendió y emocionó al ver al hada hablarle directamente.

Le contó sobre cómo se sentía siempre inadecuada en todo lo que hacía. Estrella sonrió cariñosamente y dijo: - Querida Tika, cada uno de nosotros tiene talentos únicos e importantes.

No debes compararte con los demás porque eso solo te hace sentir mal contigo misma. En cambio, debes celebrar tus propias habilidades y encontrar la alegría en ellas. Tika asintió lentamente mientras escuchaba atentamente las palabras de Estrella.

Desde ese momento decidió cambiar su forma de pensar y empezar a valorarse más a sí misma. Cuando Tika regresó a casa, su familia estaba esperándola con una gran sorpresa. Habían preparado una exposición de arte en honor a sus hermosas pinturas.

Tika se sintió abrumada y emocionada al ver el amor y apoyo que le brindaba su familia. - Tika, tus pinturas nos llenan de alegría y admiración -dijo su mamá-. Eres una artista increíblemente talentosa, nunca lo olvides.

Tika sonrió ampliamente mientras lágrimas de felicidad rodaban por sus mejillas. En ese momento, supo que tenía un don especial para expresarse a través del arte y que su familia siempre estaría allí para apoyarla en todo lo que hiciera.

A medida que pasaba el tiempo, Tika comenzó a participar en concursos de arte locales y ganó varios premios por sus maravillosas creaciones.

Pero lo más importante es que había recuperado la confianza en sí misma y sabía que era valiosa tal como era. Desde aquel día mágico en el bosque, Tika se convirtió en una fuente de inspiración para los demás niños del pueblo. Les enseñó la importancia de amarse a sí mismos y celebrar sus propias habilidades únicas.

Y así, gracias al hada Estrella y al amor incondicional de su familia, Tika aprendió a valorarse a sí misma y descubrió la verdadera magia que había dentro de ella.

Cada día se levantaba con entusiasmo para explorar el mundo con nuevos ojos y seguir compartiendo su hermoso talento con todos los que la rodeaban.

FIN.

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