Tilo y los niños de la ventana




Tilo era un pequeño gorrión curioso que vivía en un hermoso árbol frente a una casa. Desde su posición, podía ver a través de la ventana a los humanos que vivían allí. Un día, notó que los niños pasaban mucho tiempo solos frente a unos aparatos que emitían colores y música. Esto despertó la curiosidad de Tilo, quien decidió acercarse para observar más de cerca.

Al acercarse a la ventana, Tilo contempló maravillado cómo los niños se sumergían en mundos de fantasía a través de las pantallas. Sin embargo, notó algo triste en sus ojos. Se preguntaba por qué los niños pasaban tanto tiempo solos y tan concentrados en esas pantallas.

Decidido a ayudar, Tilo voló hasta el alfeizar de la ventana y empezó a cantar suavemente. Los niños, sorprendidos, se acercaron y lo observaron con asombro. -Hola, pequeño gorrión, ¿qué haces aquí? -preguntó una niña con una cálida sonrisa. -He visto que pasan mucho tiempo solos y quería hacerles compañía -respondió Tilo. Los niños, emocionados, abrieron la ventana y dejaron que Tilo se uniera a su diversión.

A partir de ese día, Tilo se convirtió en el amigo de los niños. Les contaba historias de sus viajes, les enseñaba juegos al aire libre y les ayudaba a ver el mundo más allá de las pantallas. Los niños descubrieron la alegría de jugar al aire libre, de observar las estrellas y de escuchar el canto de los pájaros.

Gracias a Tilo, los niños aprendieron a equilibrar su tiempo entre la diversión en pantalla y la exploración del mundo real. Entendieron que la amistad y la naturaleza eran tesoros más valiosos que cualquier juego electrónico. Así, Tilo les enseñó que la verdadera aventura estaba fuera de la ventana, esperando a ser descubierta.

Y aunque el gorrión no podía quedarse con ellos para siempre, siempre estaría presente en sus corazones, recordándoles la importancia de disfrutar de la compañía y la belleza que los rodeaba.

FIN.

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