Tina la Tortuga y su Gran Carrera


Había una vez en el bosque encantado, una tortuga llamada Tina. Tina era una tortuga muy tranquila a la que le encantaba observar la naturaleza, pero también soñaba con ir más rápido, como los conejos y los zorros.

Un día, Tina decidió participar en una gran carrera que se celebraría en el bosque. Todos los animales se sorprendieron al ver a Tina inscribirse en la carrera. -¡Tina, no podrás correr tan rápido como nosotros! -se burlaron los conejos.

Pero Tina, con determinación, les respondió: -Yo sé que soy lenta, pero también sé que soy persistente y nunca me doy por vencida. La carrera comenzó y Tina, con su caparazón brillante, comenzó a avanzar paso a paso.

Los demás animales rápidamente se adelantaron, dejando atrás a Tina. Sin embargo, ella siguió adelante, sin desanimarse. Por el camino, ayudó a un pajarito a construir su nido, recogió flores para una abeja y compartió su sombra con un caracol cansado.

Los demás animales quedaron sorprendidos al ver a Tina tan amable y solidaria en medio de la carrera. Mientras tanto, los animales que habían comenzado la carrera tan rápido comenzaban a cansarse.

Uno por uno, se detenían agotados, sin haber llegado ni a la mitad del recorrido. Tina, con su paso constante y sin perder la calma, continuó avanzando, adelantando a los animales cansados. Finalmente, después de mucho esfuerzo, Tina cruzó la línea de meta.

Aunque no había llegado en primer lugar, todos los animales la esperaban con alegría y admiración. -¡Tina, has demostrado que la perseverancia y la amabilidad son tan importantes como la rapidez! -dijeron los demás animales.

Desde ese día, Tina se convirtió en un ejemplo para todos en el bosque. Y aunque no era la más rápida, era sin duda la más querida. Y así, Tina la tortuga demostró que no importa cuán lento vayas, siempre y cuando no te rindas y seas amable en el camino.

El bosque encantado nunca olvidaría la lección de Tina, la tortuga valiente.

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