Tita y la zanahoria bajo el sol


Había una vez en un campo verde y extenso, una pequeña tortuga llamada Tita. Tita era una tortuga muy curiosa y aventurera, siempre quería explorar nuevos lugares y descubrir cosas nuevas.

Un día, mientras caminaba por el campo, se topó con algo que nunca había visto antes: ¡una deliciosa zanahoria! Tita estaba tan emocionada que no pudo resistirse a probarla.

Pero justo cuando iba a darle un mordisco, se dio cuenta de que el sol estaba muy fuerte y comenzó a sentirse mareada. "Oh no, ¿qué me está pasando?", pensó Tita preocupada. De repente, apareció un nene que jugaba cerca del campo.

Al ver a la pequeña tortuga mareada bajo el sol ardiente, rápidamente corrió hacia ella para ayudarla. "¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda?", preguntó el niño preocupado. Tita le explicó lo que había sucedido y el niño tuvo una idea brillante:"¡Ya sé! Vamos a buscar algún lugar fresco donde puedas recuperarte.

"Juntos buscaron hasta encontrar un árbol grande con sombra donde Tita pudiera descansar. Mientras tanto, el nene decidió ir en busca de más zanahorias para su nueva amiga tortuga.

Cuando regresó con las zanahorias frescas y crujientes para Tita, ella estaba ya mucho mejor gracias al refugio del árbol. Juntos disfrutaron de una tarde llena de diversión comiendo zanahorias entre risas y juegos. Pero pronto llegó la hora de despedirse.

El nene le prometió a Tita que volvería a visitarla pronto y se despidió con un abrazo. "Gracias por ayudarme, eres un gran amigo", dijo Tita. "De nada, siempre estaré aquí para ayudarte", respondió el nene sonriendo.

Desde ese día en adelante, Tita aprendió la importancia de cuidarse del sol y de tener amigos que te apoyen en los momentos difíciles. Y cada vez que veía al nene jugando cerca del campo, recordaba lo feliz que fue aquel día y lo agradecida que estaba por haberlo conocido.

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