Tito aprende a compartir sus sentimientos



Había una vez un pequeño elefante llamado Tito. Tito era muy alegre y siempre estaba saltando y jugando con sus amigos en la selva. Pero un día, algo extraño le pasó a Tito.

Se despertó sintiéndose triste, sin saber por qué. Intentó jugar con sus amigos, pero no tenía ganas de nada. Solo quería estar solo y llorar. Sus amigos se acercaron a él para preguntarle qué le pasaba.

"-No lo sé", respondió Tito con voz temblorosa, "-solo me siento triste". Sus amigos intentaron animarlo con juegos divertidos, pero nada parecía funcionar. Tito seguía sintiéndose muy desdichado. Fue entonces cuando apareció la abuela Elefanta, que era conocida por ser sabia y comprensiva.

Ella se acercó a Tito y le preguntó qué le pasaba. "-No lo sé", repitió Tito entre sollozos. La abuela Elefanta lo abrazó con ternura y le dijo: "A veces todos nos sentimos así, incluso yo".

Y continuo diciendo: "Pero no debes quedarte solo en tus pensamientos tristes; habla con alguien sobre cómo te sientes".

Tito miró a la abuela Elefanta sorprendido, ¿Cómo podía ella entenderlo? La abuela Elefanta siguió hablando: "Siempre hay alguien dispuesto a escucharte y ayudarte a sentirte mejor". Tito se secó las lágrimas y sonrió tímidamente al darse cuenta de que sus amigos estaban allí para él cuando más los necesitaba. Se dio cuenta de que no estaba solo.

A partir de ese día, Tito aprendió a hablar sobre sus sentimientos con sus amigos y familiares. Aprendió que no hay nada de malo en sentirse triste o enojado de vez en cuando, pero es importante compartir esos sentimientos para poder superarlos.

Y así, Tito se convirtió en un elefante más fuerte y feliz gracias a la ayuda y el amor de los que lo rodeaban.

FIN.

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