Tito, el gato travieso del ático
En una pequeña casa en las afueras de la ciudad vivía la familia Pérez: Juan Carlos, un abuelo alegre y bromista; Roxana, una abuela amorosa y cocinera extraordinaria; Belén, una madre trabajadora y creativa; Pablo, un hijo aventurero y curioso; y Antonella, la novia de Pablo, una joven inteligente y divertida.
Una noche, mientras la familia cenaba su plato favorito de milanesas con puré, escucharon ruidos extraños provenientes del ático. Todos se miraron sorprendidos. "¿Qué será eso?"-, preguntó Roxana con preocupación.
"Seguro es solo el viento"- dijo Juan Carlos tratando de calmar los ánimos. Pero los ruidos continuaron durante toda la semana. Cada noche eran más fuertes e inquietantes. Belén decidió investigar por su cuenta.
Armada con una linterna y valentía, subió al ático para descubrir el misterio detrás de esos sonidos escalofriantes. Al llegar arriba, encontró a Tito, el gato travieso de la vecina que se había colado en busca de aventuras.
"¡Tito! ¡Eres tú el causante de todos los ruidos!"- exclamó Belén entre risas al ver al felino juguetón escondido detrás de unas cajas viejas. La familia estalló en carcajadas al enterarse de la verdad detrás del misterio del ático.
Desde entonces, Tito se convirtió en parte de la familia Pérez y protagonizó muchas travesuras junto a Pablo y Antonella. Los días pasaban entre risas y juegos en aquella casa llena de amor y alegría.
Juan Carlos contaba sus chistes clásicos que siempre sacaban sonrisas a todos; Roxana preparaba sus exquisitas recetas que reunían a la familia en torno a la mesa; Belén compartía su creatividad en manualidades que decoraban el hogar; Pablo exploraba nuevos lugares junto a Antonella que lo acompañaba en cada aventura.
Y así, juntos aprendieron que no todo misterio es oscuro ni todo susto es real. A veces basta con mirar más allá para encontrar la luz incluso en las situaciones más desconcertantes.
La familia Pérez siguió viviendo sus días llenos de diversión y complicidad, sabiendo que juntos podían enfrentar cualquier misterio o desafío que se presentara en sus vidas. Y Tito...
Bueno, Tito siguió siendo el rey indiscutible del ático pero esta vez sin asustar a nadie más con sus travesuras nocturnas.
FIN.