Tito, el jardinero canino


Había una vez un perro llamado Tito que vivía en una casa muy grande con su dueña, la señora Ana. Tito era un perro muy feliz y amigable, pero siempre se sentía solo cuando su dueña salía a trabajar.

Un día, mientras la señora Ana estaba en el trabajo, Tito decidió explorar el jardín trasero de la casa. Mientras caminaba por el jardín, Tito se encontró con muchas plantas diferentes.

Algunas eran altas y delgadas, otras tenían flores coloridas y fragantes. Pero había una planta en particular que llamó su atención: era pequeña y tenía hojas verdes brillantes. Tito se acercó a esta planta y comenzó a ladrarle con entusiasmo.

"¡Hola! ¿Cómo estás? ¡Eres tan hermosa!", dijo Tito emocionado. La planta no respondió, pero Tito no se dio por vencido. Decidió quedarse junto a ella todo el día para hacerle compañía.

Mientras pasaban las horas, algo increíble comenzó a suceder: la pequeña planta empezó a crecer más rápido de lo normal gracias al sol que recibía durante todo el día gracias al jardín soleado de la casa. Y cada vez que crecía un poco más, Tito saltaba de alegría y ladraba emocionado.

Pero eso no fue todo lo que cambió ese día. Las otras plantas del jardín también empezaron a crecer mucho más rápido gracias al sol constante y amoroso cuidado de Tito.

Poco a poco, las flores comenzaron a brotar entre los arbustos y los árboles, creando un jardín hermoso y colorido. Cuando la señora Ana regresó a casa esa noche, se sorprendió al ver el jardín tan hermoso. "¡Tito! ¡Qué maravilla has hecho aquí!", exclamó emocionada.

Tito saltó hacia ella con una sonrisa en su rostro. "Sí, fue divertido jugar con las plantas todo el día", dijo Tito feliz.

La señora Ana se dio cuenta de lo importante que era para Tito tener compañía y decidió pasar más tiempo con él todos los días. Y así, Tito y la pequeña planta vivieron felices por siempre en su jardín soleado lleno de alegría y amor.

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