Tito el Tiburón Bailarín

Había una vez en el océano un tiburón llamado Tito. A diferencia de los demás tiburones, Tito era muy cobarde.

Tenía miedo de explorar nuevas cuevas, temor a acercarse a otros peces y pánico a nadar en aguas profundas. Siempre se quedaba en la misma zona, sin atreverse a aventurarse más allá. Un día, mientras nadaba cerca de la superficie, escuchó risas y cantos provenientes de un arrecife cercano.

Intrigado, decidió acercarse sigilosamente para ver qué estaba sucediendo. Para su sorpresa, descubrió que eran un grupo de peces payaso que estaban organizando un concurso de baile. "¡Wow! ¡Qué divertido se ve eso!", pensó Tito emocionado.

Se quedó observando durante un rato hasta que uno de los peces payaso lo notó y se le acercó amablemente. "Hola amigo tiburón, ¿por qué no te animas a participar en nuestro concurso? ¡Seguro que te divertirás mucho!".

Tito dudó al principio, pero luego recordó sus miedos y dijo tímidamente:"Oh no, gracias por la invitación pero soy muy cobarde para bailar frente a todos ustedes".

Los peces payaso intercambiaron miradas y luego el líder del grupo le dijo con una sonrisa:"¿Sabías que el baile es una excelente manera de enfrentar nuestros miedos? Además, aquí todos somos amigos y te apoyaremos en todo momento". Tito reflexionó sobre las palabras del pez payaso y finalmente decidió darle una oportunidad al baile.

Se sumergió en el agua junto al resto de los participantes y comenzó a moverse al ritmo de la música. Al principio se sentía torpe e inseguro, pero poco a poco fue soltándose y disfrutando del momento.

Para su sorpresa, descubrió que tenía talento para el baile y pronto estaba robándose todas las miradas con sus movimientos únicos. Al final del concurso, los demás peces lo rodearon aplaudiendo y felicitándolo por su valentía.

Desde ese día, Tito dejó atrás su cobardía y se convirtió en uno de los tiburones más valientes y queridos del océano. Aprendió que enfrentar sus miedos podía llevarlo a vivir experiencias maravillosas y hacer nuevos amigos.

Y así, cada vez que sentía temor ante algo nuevo, recordaba aquel concurso de baile donde descubrió lo valiente que podía ser cuando se lo proponía. Y colorín colorado este cuento ha terminado.