Tito y el Misterioso Pozo de Patolandia
En un bello día de primavera, en el Bosque Encantado de Patolandia, vivía una familia de patos muy especial.
La mamá Pata era cariñosa y amorosa, siempre cuidando con esmero a su pequeño patito Tito, un aventurero empedernido que siempre estaba buscando nuevas emociones. Un día, la mamá Pata le dijo a Tito: "Tito, hoy no puedes salir al bosque sin mí. Hay peligros que debes evitar".
Pero el intrépido patito, desobedeciendo a su mamá, decidió aventurarse solo en el bosque. - ¡No te preocupes mamá! Soy un patito valiente y sabré cuidarme -dijo Tito con entusiasmo mientras se alejaba correteando entre los árboles.
El sol brillaba en lo alto del cielo y los pajaritos cantaban alegremente cuando Tito llegó a un claro del bosque. De repente, vio algo brillante en el suelo y corrió hacia allí sin dudarlo. Pero ¡oh sorpresa! Era un pozo profundo y oscuro que lo atrapó en su caída.
- ¡Ayuda! ¡Mamá! -gritó Tito asustado mientras caía sin control por el pozo. La mamá Pata escuchó los gritos desesperados de su hijo y corrió velozmente hacia el pozo.
Con valentía se asomó por el borde y vio a Tito luchando por mantenerse a flote en el agua oscura. Con todas sus fuerzas, la mamá Pata extendió sus alas y se lanzó al pozo para rescatar a su hijo.
Con habilidad y amor infinito, logró sostener a Tito entre sus alas y llevarlo sano y salvo hasta la orilla. - ¡Gracias mamá! Perdón por desobedecerte. A partir de ahora siempre te escucharé -dijo Tito arrepentido pero aliviado.
La mamá Pata abrazó tiernamente a su hijo y juntos regresaron a casa caminando bajo la luz dorada del atardecer. Desde ese día, Tito aprendió la importancia de obedecer las advertencias de su madre y valorar su protección incondicional.
Y así termina esta historia donde la valentía se combina con la prudencia para recordarnos que siempre es mejor escuchar los consejos de quienes nos aman profundamente.
FIN.