Tito y el peso correcto
Había una vez un pequeño ratón llamado Tito que vivía en una casa de campo rodeada de campos verdes y flores silvestres. A Tito le encantaba explorar su hogar y descubrir cosas nuevas todos los días.
Un día, mientras jugaba cerca del granero, vio a su amigo el burro cargando pesados sacos de heno. - Hola amigo burro, ¿puedo ayudarte con eso? - preguntó Tito.
- Claro que sí, pero ten cuidado porque son muy pesados - respondió el burro. Tito se acercó a uno de los sacos para levantarlo, pero lo hizo mal y sintió un dolor agudo en la espalda. - ¡Ay! Me lastimé al levantar el saco - dijo Tito con tristeza.
El burro se acercó a él y le explicó por qué era importante flexionar las rodillas al levantar objetos pesados. Le dijo que si no lo hacía correctamente podría lastimarse la espalda o incluso hacerse daño en las rodillas.
Tito escuchó atentamente y prometió ser más cuidadoso la próxima vez. Decidió practicar cómo levantar objetos pesados correctamente para evitar futuras lesiones.
Un día, mientras caminaba por el jardín delantero de la casa, escuchó un fuerte ruido proveniente del otro lado del muro. Se asomó por encima del muro y vio a una familia de erizos luchando por mover una piedra enorme que había caído sobre su camino. Tito corrió hacia ellos y les ofreció ayuda.
Los erizos aceptaron gustosos ya que no podían mover la piedra por sí solos. Tito recordó lo que el burro le había enseñado y flexionó las rodillas antes de levantar la piedra. - ¡Increíble! - exclamaron los erizos impresionados.
Tito se sintió muy orgulloso de haber demostrado su habilidad para levantar objetos pesados sin lastimarse.
Desde ese día, se convirtió en un pequeño héroe entre los animales del campo y siempre les recordaba a sus amigos la importancia de flexionar las rodillas al levantar objetos pesados. La moraleja de esta historia es que siempre debemos ser cuidadosos al hacer cualquier tipo de trabajo físico y seguir las instrucciones adecuadas para evitar lesiones.
FIN.