Tito y el respeto por la vida marina
Había una vez un nene llamado Tito que vivía en una pequeña aldea cerca del mar. Tito era el mayor de tres hermanos y su familia no tenía mucho dinero para comprar comida.
La única forma de conseguir algo para comer era pescando, pero el barco de Tito tenía muchos agujeros y nunca podía atrapar suficientes peces. Un día, mientras estaba sentado triste en la playa, un señor se acercó a él y le preguntó qué le pasaba.
Tito le explicó su situación y el señor le ofreció ayudarlo. "Déjame ver tu barco", dijo el hombre. Tito llevó al extraño a su barco y lo miraron juntos.
El señor luego sacó algunas herramientas mágicas de su mochila y comenzó a arreglar los agujeros del barco. En poco tiempo, el barco estaba como nuevo. "¡Increíble!", exclamó Tito emocionado.
"¿Cómo puedo agradecerte?"El señor sonrió y dijo: "No necesitas hacer nada por mí, solo prométeme que nunca lastimarás a ningún pez". Tito asintió con la cabeza sin entender muy bien lo que quería decir el hombre.
Al día siguiente, cuando fue a pescar con su nuevo barco reparado, notó algo extraño en el agua: ¡los peces parecían estar hablando entre ellos! Y lo más sorprendente es que todos estaban diciendo lo mismo: "No te acerques al bote de ese niño, él no nos lastimará". Tito se sintió confundido pero feliz al mismo tiempo.
A partir de ese momento, cada vez que iba a pescar, los peces se acercaban a su bote y saltaban dentro de él. Tito nunca había visto algo así antes.
Un día, mientras regresaba a casa con su pesca del día, el señor misterioso apareció de nuevo. "¿Cómo te está yendo con tu promesa?", preguntó. Tito le contó toda la historia de los peces que saltaban en su bote sin temor alguno.
El señor sonrió y dijo: "Eso es porque cumpliste tu promesa. Los peces saben que pueden confiar en ti".
Desde ese día en adelante, Tito nunca lastimó a ningún pez nuevamente y vivió feliz junto a su familia gracias al maravilloso regalo del extraño señor-pescado que arregló su barco roto.
FIN.