Tito y la armonía en la selva
En lo más profundo de la selva, vivía un tucán llamado Tito, quien era conocido por ser muy ordenado y meticuloso. Un día, mientras volaba por el bosque, escuchó a unos niños discutiendo frente a una casa.
- ¡No puedo encontrar mi juguete favorito en este desorden! - se quejaba Lucas. Tito se acercó volando y les preguntó qué sucedía. Los niños le explicaron que no podían jugar porque la habitación estaba tan desordenada que no encontraban nada.
El tucán sonrió con picardía y propuso:- ¡No se preocupen! Yo y mis amigos de la selva los ayudaremos a ordenar todo. Los niños asombrados vieron cómo Tito comenzaba a llamar a sus amigos.
Pronto llegaron el mono Marcelo, la tortuga Teresa y el jaguar Juancho, listos para poner manos a la obra. - ¡Vamos chicos! Cada uno tiene una tarea especial para hacer que esto quede impecable - dijo Tito con entusiasmo.
Marcelo agarró los peluches y los colocó en un cesto, Teresa recogió todos los libros dispersos por el suelo y Juancho se encargó de organizar los juegos en estantes.
Los niños observaban maravillados cómo sus nuevos amigos trabajaban juntos para transformar el caos en orden. Después de un rato, la habitación lucía completamente diferente. Todo estaba limpio, organizado y cada cosa tenía su lugar asignado. Los niños no podían creer lo rápido que habían logrado ese cambio tan impresionante.
- ¡Wow! ¡Gracias chicos por toda su ayuda! Ahora sí podemos jugar sin problemas - exclamó Lucas emocionado. Tito sonrió satisfecho al ver la alegría en los rostros de los niños.
Les recordó lo importante que es mantener el orden para poder disfrutar plenamente de su espacio y tener todo bajo control.
- Recuerden chicos, mantener las cosas ordenadas no solo hace más fácil encontrar lo que buscan, sino que también les da paz y armonía en su hogar - les dijo sabiamente el tucán antes de despedirse junto a sus amigos animales. Desde ese día, los niños aprendieron la importancia del orden gracias a la ayuda inesperada del tucán Tito y sus amigos de la selva.
Y cada vez que sentían ganas de dejar todo tirado, recordaban aquel día mágico en el que juntos lograron convertir el caos en tranquilidad.
FIN.