Tito y la aventura en el barco


Había una vez en el fondo del mar un grupo de animales acuáticos que se reunían cada día para contar historias.

Había un tiburón llamado Tito, una tortuga llamada Lola, un pulpo llamado Octavio y una estrella de mar llamada Estrellita. Un día, mientras contaban sus historias diarias, Tito dijo: "Saben amigos, siempre he querido conocer el mundo fuera del océano". Los demás animales lo miraron sorprendidos y le preguntaron cómo podría hacerlo.

Tito les explicó que había escuchado a algunos peces hablar sobre la existencia de un gran barco que navegaba por encima del océano. Todos los animales se emocionaron con la idea y decidieron ayudar a Tito a lograr su sueño.

Lola sugirió que podrían subir al barco cuando nadie estuviera mirando. Octavio propuso utilizar sus habilidades para camuflarse como parte del paisaje marino y así pasar desapercibidos. Y Estrellita ofreció iluminar el camino con su brillo para evitar peligros.

Así comenzó su aventura. Después de varios días de natación llegaron al lugar donde supuestamente estaba el barco. Allí encontraron muchos peces pequeños jugando cerca del puerto. Tito decidió preguntarles si habían visto algún barco grande recientemente.

Los peces respondieron afirmativamente y señalaron hacia el horizonte donde podía verse la silueta oscura del objeto deseado. Los cuatro amigos esperaron pacientemente hasta que llegó la noche para poder subir al barco sin ser vistos.

Con mucho cuidado, Lola y Tito subieron por la escalera de cuerda mientras Octavio y Estrellita los esperaban en el agua. Una vez arriba, Tito se emocionó al ver todo lo que había en el barco.

Pero justo cuando comenzaron a explorar, escucharon un ruido fuerte y alguien les gritó: "¡Hey! ¿Qué hacen aquí?"Resulta que habían sido descubiertos por uno de los marineros del barco. Los animales intentaron explicar su situación pero el hombre no parecía entenderlos.

Justo cuando pensaban que estaban perdidos, apareció una niña pequeña que había estado espiando detrás de una caja.

La niña se acercó con curiosidad hacia ellos y exclamó: "¡Mira mamá! ¡Hay animales marinos en el barco!"La madre se acercó con cuidado y los observó detenidamente. Luego de unos minutos decidió ayudarlos a regresar al océano. Desde ese día, Tito y sus amigos aprendieron que nada era imposible si trabajaban juntos como equipo.

Y aunque nunca volvieron a intentar subir a un barco humano, siguieron contando historias increíbles sobre su aventura en alta mar durante muchos años más.

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