Tito y la búsqueda de las estrellas perdidas


Había una vez un pequeño niño llamado Tito, quien vivía en la ciudad de Buenos Aires. Tito era un niño muy despierto y curioso, siempre estaba buscando nuevas aventuras y cosas interesantes para hacer.

Una noche, mientras se preparaba para dormir, Tito miró por la ventana y vio el cielo estrellado sobre su cabeza. Pero algo extraño estaba sucediendo: las estrellas parecían estar apagándose poco a poco.

Tito se preocupó mucho por esto y decidió salir de su casa para investigar lo que estaba pasando. Caminó por las calles de su barrio hasta llegar al parque central, donde pudo ver que todas las estrellas del cielo argentino habían desaparecido.

- ¡Qué tristeza! - exclamó Tito - ¿Cómo podemos vivir sin las estrellas? De repente, escuchó una voz misteriosa detrás de él diciendo:- No te preocupes Tito, yo puedo ayudarte a encontrar las estrellas perdidas.

Tito se asustó al principio pero luego miró hacia arriba y vio a una hermosa ave blanca con plumas doradas sentada en una rama cercana. La ave le explicó que ella era la guardiana del cielo argentino y que había perdido sus poderes debido a la contaminación lumínica de la ciudad.

Le dijo a Tito que si quería ayudarla a encontrar las estrellas perdidas debía buscar cinco objetos especiales esparcidos por toda la ciudad: un mate plateado, una bandera celeste y blanca, un tango grabado en vinilo, unos dulces típicos argentinos y unas zapatillas deportivas con los colores de la bandera.

Tito aceptó el desafío y comenzó su búsqueda. Fue a todos los lugares que se le ocurrieron: desde las tiendas de souvenirs hasta los museos nacionales.

En cada lugar encontraba un objeto especial que lo acercaba más a su objetivo. Finalmente, después de muchas aventuras y situaciones divertidas, Tito logró encontrar todos los objetos especiales y llevárselos a la guardiana del cielo argentino.

La ave blanca tomó cada uno de ellos y usándolos como llaves abrió un portal al cielo nocturno. - ¡Mira Tito! - exclamó la ave - ¡Las estrellas están volviendo! Gracias por ayudarme a recuperar mi poder. Tito miró hacia arriba y vio cómo las estrellas empezaban a reaparecer en el cielo nocturno.

Se sintió muy feliz sabiendo que había hecho algo importante para toda Argentina. - Muchas gracias por dejarme ayudarte - dijo Tito sonriendo - es una noche hermosa para dormir bajo las estrellas.

A partir de ese día, Tito aprendió la importancia del trabajo en equipo, la perseverancia y el cuidado del medio ambiente. Y todas las noches antes de dormir, miraba hacia arriba para asegurarse de que las estrellas seguían brillando en todo su esplendor sobre su cabeza.

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