Tito y la llave del jardín secreto


Había una vez un gato llamado Tito que vivía en una casa con su dueña, Martina. Un día, mientras Tito estaba jugando, accidentalmente rompió una botella de vidrio que estaba en el piso.

Martina se enfureció y le dijo a Tito: "¡Mira lo que has hecho! Ahora tendrás que quedarte encerrado en el recinto para evitar que te lastimes con los fragmentos de vidrio".

Tito se sintió muy triste porque no podía salir del recinto y jugar como solía hacerlo. Pero entonces notó algo extraño en la pared del recinto: había un agujero pequeño por donde podía ver el mundo exterior. "Qué lindo es todo lo que veo afuera", pensó Tito.

"Me encantaría poder salir y explorarlo". Un día, mientras miraba por el agujero de la pared, vio a un grupo de ratones corriendo hacia una pequeña puerta debajo del piso. Tito supuso que esa puerta llevaba a algún lugar interesante y decidió investigar.

"Hola ratones", dijo Tito asomando su cabeza por la puerta debajo del piso. "¿Me pueden decir adónde lleva esta puerta?".

Los ratones le explicaron que esa puerta conducía a un pasadizo secreto detrás de las paredes de la casa. Le dijeron también que si quería ir más allá necesitaría encontrar la llave oculta en algún lugar dentro de la casa.

Tito aceptó el desafío y comenzó a buscar por toda la casa hasta encontrar la llave escondida detrás de uno de los cuadros colgados en la pared. Con la llave en su poder, Tito abrió la puerta y comenzó a explorar el pasadizo secreto.

Descubrió cosas maravillosas que nunca había visto antes: arañas tejiendo telarañas, hormigas transportando hojas y gotas de agua que caían desde las tuberías. Finalmente, después de un largo recorrido, Tito llegó al otro extremo del pasadizo y salió a una especie de jardín interior donde había muchas plantas y flores.

"¡Qué hermoso lugar!", exclamó Tito. "Nunca lo habría descubierto si no hubiera roto esa botella". A partir de ese día, Tito se dio cuenta de que siempre hay algo bueno por descubrir incluso cuando las cosas parecen ir mal.

Y aunque estuviera encerrado en el recinto por un tiempo, aprendió que siempre hay formas creativas para encontrar aventuras y diversión en cualquier lugar.

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