Tito y su gato en el bosque



Había una vez un niño llamado Tito que vivía en una pequeña casa rodeada de árboles. Un día, decidió salir al bosque a jugar con su gato Tomás.

Los dos se adentraron en el bosque y corrieron sin preocuparse por el tiempo. De repente, Tito se dio cuenta de que estaba perdido en medio del bosque junto con su gato. Miró a su alrededor y no reconoció nada.

La oscuridad comenzaba a caer, lo que hacía difícil ver los senderos del bosque. Su estómago empezaba a gruñir y sentía frío. "Tomás, ¿qué vamos a hacer? No sé cómo volver a casa", dijo Tito preocupado. El gato maulló como si entendiera lo que le decía Tito.

Tito pensó en llorar pero recordó que eso no lo llevaría de vuelta a casa, así que decidió mantener la calma y buscar una solución.

Caminaron durante horas tratando de encontrar algún camino conocido o alguna señal para guiarse pero todo parecía igual. "Esto está muy oscuro, no veo nada", dijo Tito mientras sostenía fuerte la mano de Tomás. "No te preocupes amigo, siempre hay una solución para todo", dijo Tomás intentando animarlo.

Tito sonrió un poco ante las palabras del gato y siguió caminando hasta encontrar una luz brillante entre los árboles. Se acercaron despacio y descubrieron que era una fogata encendida cerca de un grupo de campistas amigables que les ofrecieron ayuda para llegar a casa.

Finalmente lograron regresar sanos y salvos a su hogar, y Tito se dio cuenta de que había aprendido una valiosa lección: nunca hay que perder la calma en situaciones difíciles porque siempre habrá alguien o algo que nos ayude a encontrar el camino correcto.

Desde ese día, Tito y Tomás fueron más cuidadosos al aventurarse por el bosque, pero sabían que si alguna vez se perdían de nuevo, podrían contar con la ayuda de otros.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!