Tobías, el dragón de las tucas mágicas



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Tucana, un dragón muy especial. A diferencia de los demás dragones, este no escupía fuego por la boca, sino que lanzaba tucas de maíz.

Su nombre era Tobías y siempre se sentía triste porque no podía hacer lo mismo que los otros dragones. Un día, mientras Tobías caminaba por el bosque pensando en su diferencia, encontró a Lucas, un niño aventurero y curioso.

Lucas se acercó a Tobías y le preguntó con asombro: "¡Wow! ¿Eres un dragón de tucas? ¡Eso es increíble!". Tobías levantó la mirada sorprendido al ver que alguien apreciaba su habilidad única. "-Sí, soy un dragón de tucas", respondió tímidamente.

Lucas sonrió y dijo: "-Me encanta el maíz. ¿Puedes enseñarme cómo lanzas las tucas?". Tobías aceptó emocionado y juntos comenzaron a practicar en el claro del bosque.

Lucas aprendió rápidamente cómo cargar las tucas en su espalda y lanzarlas con precisión hacia los árboles. Mientras tanto, en el pueblo vecino vivía una malvada bruja llamada Malicia. Ella estaba celosa de todos los dragones del mundo y quería robar sus poderes para convertirse en la más poderosa del reino.

Un día, Malicia escuchó sobre el talento único de Tobías y decidió ir a Villa Tucana para capturarlo. Cuando llegó al pueblo, utilizó su magia oscura para hipnotizar a los habitantes y hacerles creer que Tobías era un monstruo peligroso.

Lucas, al darse cuenta de lo que estaba sucediendo, corrió hacia el bosque para buscar a Tobías y advertirle sobre el peligro. "-Tobías, debemos irnos de aquí. La bruja Malicia quiere capturarte", le dijo Lucas con urgencia.

Tobías, asustado pero valiente, siguió a Lucas hasta llegar a una cueva escondida en las montañas. Allí se refugiaron y planearon cómo enfrentarían a Malicia.

Decidieron que la mejor manera de detenerla sería usar las tucas como distracción mientras buscaban una solución pacífica. Entonces, Tobías cargó su espalda con tucas frescas y volaron juntos hacia el pueblo. Cuando llegaron, Malicia ya había capturado a varios dragones e intentaba robar sus poderes mágicos.

Pero Tobías y Lucas actuaron rápidamente: Tobías lanzó las tucas hacia la bruja mientras Lucas liberaba a los otros dragones. Las tucas golpearon a Malicia una tras otra hasta que finalmente cayó al suelo derrotada.

Los habitantes del pueblo despertaron de su hipnosis y celebraron junto a los valientes amigos por haber salvado Villa Tucana. Desde ese día, todos en el pueblo valoraron la habilidad especial de Tobías como un regalo único.

Aprendieron que ser diferente no es algo malo, sino algo hermoso que nos hace únicos y especiales. Tobías se convirtió en el héroe del pueblo y cada año celebraban una fiesta en honor al Dragón de Tucas.

Lucas y Tobías se convirtieron en grandes amigos y juntos vivieron muchas aventuras increíbles, demostrando que la amistad y la aceptación son las mayores fortalezas que podemos tener. Y así, el dragón de tucas enseñó a todos que no importa cómo seamos por fuera, lo importante es lo que llevamos dentro de nuestro corazón.

FIN.

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