Toby y la Estrella Brillante
En un pequeño bosque, vivía Toby, un adorable osito que siempre tenía miedo de la oscuridad. Cada vez que caía la noche, su corazón latía rápido y se acurrucaba en su cueva. Sus amigos lo intentaban animar, pero nada parecía funcionar.
Una noche, mientras todos estaban profundizando en sueños, Toby sintió un impulso de salir. Sabía que el cielo brillaba con miles de estrellas, y siempre que las miraba desde su cueva, se imaginaba aventuras increíbles. Sin embargo, la oscuridad siempre lo detenía.
"No, no, no. Es muy oscuro allá afuera."
murmuró Toby, temblando mientras miraba hacia la entrada de su cueva.
Pero esa noche, algo lo empujó a dar un pequeño paso. Tal vez, solo tal vez, podría encontrar algo bonito en la oscuridad. Con mucha precaución, saltó fuera de su hogar. Al principio, la noche fue aterradora, pero mientras sus ojos se acostumbraban, comenzó a ver puntos brillantes en el cielo.
"¡Wow!" - exclamó Toby, admirando las estrellas.
"¿Esas son estrellas? Son más brillantes de lo que pensé."
De repente, una estrella cayó del cielo y aterrizó suavemente frente a él. Era una pequeña estrella dorada con una sonrisa amable.
"¡Hola, pequeño osito! Soy Lúmina, la estrella."
- dijo ella con una voz dulce e iluminada.
Toby, sorprendido, dio un paso atrás.
"¡Hola! Pero, ¿por qué has bajado?"
- le preguntó, aún un poco asustado.
"He venido a ayudarte. La oscuridad no es tan aterradora como parece. En realidad es un lugar lleno de misterios y belleza."
- dijo Lúmina, brillando aún más.
"Pero todo se ve tan diferente sin luz. Tengo miedo de lo que hay aquí."
Lúmina sonrió y dijo:
"Permíteme mostrarte. ¿Ves esos árboles?"
- preguntó, señalando con un destello brillante.
"Sí, los veo."
"En la oscuridad, cada sombra cuenta una historia y cada susurro es un secreto. Ven, acompáñame."
- dijo Lúmina mientras guiaba a Toby a explorar.
A medida que caminaban, Toby comenzó a ver que la noche no era aterradora. Al contrario, era un mundo lleno de sonidos nuevos, aromas frescos y luces que danzaban en la oscuridad.
"Mira, ese es el luciérnaga que está bailando. Y allí, esos ojos que parpadean son los del búho, que es muy sabio y siempre está despierto en la noche."
A medida que exploraban, Toby sentía menos miedo. La belleza de la noche lo llenaba de asombro, hasta que, de repente, un sonido escalofriante resonó entre los árboles.
"¡Oh no! ¿Qué fue eso?" - gritó Toby, volviéndose a Lúmina.
"No temas, es solo el viento jugando. A veces, los ruidos que escuchamos son más imaginarios que reales. Escucha..." - le dijo Lúmina, dejando que el viento acariciara sus pelajes.
Toby cerró los ojos y realmente escuchó. El viento susurraba, las hojas crujían y el búho llamaba a su pareja. Entonces, todo cobró un poco más de sentido.
"¡Es hermoso!" - susurró Toby, sorprendido por la sinfonía nocturna.
Lúmina sonrió y continuó guiándolo.
En su aventura, Lúmina le mostró a Toby la belleza de las flores nocturnas que solo abrían sus pétalos bajo el manto oscuro y cómo las estrellas bailaban en el cielo, creando un espectáculo único.
"¿Ves, amigo? La oscuridad no se trata solo de miedo. También es un espacio para soñar, explorar y descubrir nuevas maravillas."
Y así fue que, al final de la noche, Toby no solo había superado su miedo, sino que se había enamorado de la magia que la oscuridad podía ofrecer.
"Gracias, Lúmina. Me ayudaste a entender que a veces lo desconocido es simplemente un nuevo comienzo."
- dijo Toby, brillando de felicidad.
"Nunca olvides, querido amigo, que siempre que sientas miedo, recuerda mirar hacia abajo al cielo lleno de estrellas. La oscuridad es solo otro tipo de luz."
- dijo Lúmina, antes de elevarse de nuevo hacia el cielo.
Desde esa noche, Toby nunca más se sintió aterrado por la oscuridad. Sabía que cada vez que el sol se ponía, el mundo estaba lleno de cosas maravillosas esperando ser descubiertas. Y así, cada noche, con el corazón lleno de curiosidad, se aventuraba afuera, observando las estrellas que lo acompañaban.
.
FIN.