Toca Melano y el Encuentro en el Parque
En un soleado día de primavera, en un parque lleno de flores y árboles frondosos, un chico llamado Toca Melano corría alegremente. Toca era un niño curioso, con un gran amor por la naturaleza. Mientras corría, notó que en la distancia había algo moviéndose. Se acercó, intrigado, y se dio cuenta de que era un lobo.
El lobo, de pelaje gris y ojos brillantes, parecía un poco asustado pero a la vez curioso. Toca se detuvo en seco.
"¡Hola, señor lobo!"- dijo Toca, con una sonrisa. "¿Por qué estás aquí solo?"-
El lobo, sorprendido de que un niño se dirigiera a él de esa manera, parpadeó varias veces antes de contestar.
"Hola, pequeño. Me he perdido. No sé cómo regresar a mi hogar"- explicó el lobo con voz grave pero amable.
"¡Eso no puede ser!"- dijo Toca. "Podemos encontrar tu hogar juntos. ¿Dónde vives?"-
"Vivo en el bosque, al otro lado del río. Pero no sé cómo cruzarlo. El agua es profunda y miedosa para mí"- respondió el lobo, bajando un poco la cabeza.
A Toca se le ocurrió una idea. "Podemos hacer una balsa con ramas y hojas. ¡Te puedo ayudar!"-
Y así, Toca y el lobo se pusieron a recolectar ramas y hojas. Toca mostraba al lobo cómo atar las ramas con lianas y hacer flotar la balsa. Después de un rato, su balsa estaba lista. Ambos subieron a la balsa, con la emoción a flor de piel.
"¡Aquí vamos!"- exclamó Toca, mientras empujaba la balsa al agua.
Al principio, se sintieron inseguros, pero conforme avanzaban, Toca le hablaba al lobo sobre las maravillas del parque, los pájaros, las mariposas y las flores. El lobo, que había estado triste y asustado, comenzó a sentirse mejor.
"Nunca pensé que conocer a un niño tan valiente como vos me haría sentir tan bien"- dijo el lobo, mientras cruzaban el río lentamente.
Finalmente, llegaron a la otra orilla. Toca ayudó al lobo a bajar de la balsa y continuaron caminando. De pronto, el lobo se detuvo.
"Es ahí, entre esos árboles, donde vivo"- dijo el lobo, apuntando emocionado.
Toca sintió una gran satisfacción. "Mirá, te dije que lo lograríamos. Nunca hay que rendirse"- dijo con una sonrisa.
El lobo, emocionado, dio un salto de alegría. "No solo encontré mi hogar, sino que también hice un nuevo amigo. Prometo que siempre recordaré tu valentía, Toca"-.
Toca sonrió y le respondió. "Y yo siempre recordaré que un lobo puede ser un buen amigo. Hasta siempre, amigo lobo"-.
Desde ese día, Toca Melano y su nuevo amigo lobo se convirtieron en los más grandes aventureros del parque. Toca aprendió que ayudar a otros puede hacer una gran diferencia, y el lobo descubrió que no hay que tener miedo si uno tiene amigos a su lado.
FIN.