Toda la paciencia del mundo para Candy


Había una vez dos hermanas llamadas Coti y Guille, que vivían en una casa muy grande con su adorable gata Candy. Un día, mientras jugaban en el jardín, se dieron cuenta de que Candy estaba un poco triste.

"¿Qué le pasa a nuestra gatita?", preguntó Coti preocupada. "No lo sé", respondió Guille. "Pero parece que algo la está molestando". Coti y Guille decidieron hablar con Candy para saber qué le pasaba.

Pero como no podían entender su lenguaje de miau-miau, tuvieron que buscar ayuda. Así fue como llegaron al vecindario Don Juan Carlos, un anciano sabio y amable que siempre tenía tiempo para ayudar a los demás. "Don Juan Carlos", dijeron las niñas.

"Nuestra gata Candy está triste y no sabemos por qué". Don Juan Carlos les pidió que llevaran a Candy a su casa para examinarla detenidamente.

Después de revisarla minuciosamente, descubrió algo sorprendente: ¡Candy estaba embarazada! Las niñas estaban emocionadas pero también preocupadas porque nunca antes habían tenido una experiencia así. "¿Cómo podemos cuidarla?" preguntó Coti. "Lo más importante es darle mucho amor y cariño", dijo Don Juan Carlos.

"Y asegurarse de tener todo lo necesario para cuando lleguen los pequeños gatitos". Coti y Guille tomaron nota de todo lo que necesitaban: cajas cómodas para dormir, comida especial para gatos embarazados y muchos juguetes divertidos para mantener a Candy feliz durante su embarazo.

A medida que pasaban los días, Candy se volvía cada vez más grande y las niñas estaban muy emocionadas por el nacimiento de los pequeños gatitos. Finalmente, un día, Candy comenzó a dar a luz.

Coti y Guille la acompañaron durante todo el proceso y cuando finalmente nacieron los gatitos, fue una experiencia maravillosa para todos. "Son tan lindos", dijo Guille mientras sostenía uno de los recién nacidos en sus brazos. "Sí", respondió Coti.

"Y ahora tenemos que asegurarnos de cuidarlos tan bien como cuidamos a su mamá". Las niñas aprendieron mucho durante este tiempo: aprendieron sobre la importancia del amor y la paciencia al cuidar a un animal embarazado y cómo es importante estar preparados para cualquier situación inesperada.

También descubrieron que siempre hay alguien en quien pueden confiar cuando necesitan ayuda. Con el tiempo, los pequeños gatitos crecieron fuertes y saludables gracias al amoroso cuidado de Coti y Guille. Y así, la familia vivió feliz por siempre jamás.

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