Tom, el perro aventurero
Juan y María eran dos hermanitos que vivían en una pequeña casa cerca del parque. Eran inseparables, siempre estaban juntos y compartían todas sus aventuras. Pero aquel día soleado, algo inesperado sucedió.
Decidieron ir al parque a disfrutar del buen clima y jugar con su perrito Tom. Se pusieron sus zapatos más cómodos, tomaron sus bicicletas y salieron corriendo emocionados hacia el parque.
Al llegar al lugar, se dieron cuenta de que habían olvidado a Tom en casa. ¡Qué despiste! Ambos se miraron con preocupación, sabiendo lo mucho que Tom amaba salir a pasear con ellos. - ¡Ay no! Olvidamos a Tom - exclamó Juan con tristeza.
- ¿Qué vamos a hacer ahora? - preguntó María mientras se mordía el labio inferior. Los hermanitos decidieron regresar rápidamente a casa para buscar a su querido perrito. Montaron nuevamente en sus bicicletas y pedalearon tan rápido como pudieron.
Al llegar, encontraron la puerta abierta pero no vieron rastro de Tom por ningún lado. - ¡Tom! ¡Tom! ¿Dónde estás? - gritaban desesperados mientras buscaban por toda la casa.
Después de un rato de búsqueda intensa, encontraron una nota dejada por su vecina Doña Rosa:"Queridos Juan y María, Vi que olvidaron llevarse a Tom al parque así que lo llevé conmigo para darle un buen paseo. No se preocupen, está bien cuidado aquí en mi casa mientras ustedes regresan. "Juan y María suspiraron aliviados.
Estaban felices de saber que Tom estaba a salvo con Doña Rosa, una vecina amable y cariñosa. - ¡Menos mal que está bien! Vamos a buscarlo rápido - dijo Juan, sintiendo un nudo en el estómago por la preocupación.
Los hermanitos montaron nuevamente en sus bicicletas y se dirigieron a casa de Doña Rosa. Al llegar, encontraron a Tom jugando felizmente en el jardín trasero junto a su nueva amiga humana. - ¡Tom! ¡Estás aquí! - exclamó María con alegría.
- Gracias, Doña Rosa, por cuidar de nuestro perrito - dijo Juan con gratitud. Doña Rosa sonrió y les explicó cómo había encontrado a Tom esperando tristemente en la puerta de su casa.
Decidió llevarlo consigo para hacerle compañía mientras los hermanitos regresaban por él. Juan y María comprendieron lo importante que era prestar atención y no olvidarse de las cosas importantes como llevarse a Tom al parque.
Agradecieron profundamente el gesto gentil de Doña Rosa y prometieron ser más responsables en el futuro. Desde ese día, siempre verificaban dos veces antes de salir para asegurarse de no olvidar nada ni nadie importante.
Y cada vez que iban al parque, llevaban consigo a Tom para disfrutar juntos del aire libre y las aventuras bajo el sol. Y así fue como Juan, María y Tom aprendieron la importancia de ser responsables y atentos.
Juntos continuaron viviendo muchas más aventuras felices mientras crecían rodeados del amor incondicional que solo una familia puede brindar.
FIN.