Tomás, el elefante bailarín



Había una vez un elefante llamado Tomás, que vivía en la selva junto a su familia. Tomás era diferente a los demás elefantes, tenía un tutú rosado y soñaba con ser un bailarín de hip hop.

Desde muy pequeño, Tomás admiraba a los bailarines que veía en la televisión. Quedaba fascinado por sus movimientos rápidos y llenos de energía.

A pesar de que todos le decían que eso no era para él, Tomás no dejaba que los comentarios negativos lo desanimaran. Un día, mientras caminaba por el bosque, escuchó música proveniente de una cabaña escondida entre los árboles.

Decidió acercarse para investigar y allí encontró al señor Hip Hop, un viejo búho sabio que era reconocido como el mejor bailarín del lugar. "-¡Hola! Soy Tomás", dijo emocionado el elefante con tutú rosado. "Siempre he querido ser un bailarín de hip hop".

El señor Hip Hop miró sorprendido al elefante y sonrió: "-¡Qué valiente eres! Nunca había conocido a alguien como tú". Tomás se puso triste porque pensó que el señor Hip Hop también creería que no podía lograrlo.

Pero para su sorpresa, el sabio búho continuó hablando:"-Tomás, nunca debes dejar que las opiniones de los demás te detengan. Si realmente quieres ser un bailarín de hip hop, debes seguir tu corazón y luchar por tus sueños".

El elefantito saltó emocionado y prometió al señor Hip Hop que daría lo mejor de sí mismo para convertirse en un gran bailarín. A partir de ese día, Tomás comenzó a practicar todos los días, siguiendo los consejos del sabio búho. Sin embargo, no todo sería fácil para Tomás.

Algunos animales se burlaban de él por su tutú rosado y decían que los elefantes no podían bailar hip hop. Pero el elefantito perseveraba y siempre respondía con una sonrisa:"-No importa lo que digan, yo sé que puedo hacerlo".

Con el tiempo, Tomás fue mejorando cada vez más. Sus movimientos eran ágiles y llenos de energía, sorprendiendo a todos aquellos que alguna vez dudaron de él. Un día, se anunció un gran concurso de baile en la selva.

Los mejores bailarines del lugar competirían por el título de "Rey del Hip Hop". Tomás estaba emocionado y decidió inscribirse sin pensarlo dos veces. El día del concurso llegó y la selva estaba llena de espectadores ansiosos por ver a los participantes.

Cuando llegó el turno de Tomás, todos quedaron impactados al verlo entrar al escenario con su tutú rosado. La música empezó a sonar y el elefante comenzó a moverse al ritmo del hip hop como nunca antes lo había hecho.

Saltaba, giraba y deslizaba sus patas con una gracia inigualable. Al terminar su presentación, la multitud estalló en aplausos.

Todos reconocieron el talento innato de Tomás y se dieron cuenta de que las apariencias no importaban, lo que realmente valía era el esfuerzo y la pasión que ponías en tus sueños. Tomás fue coronado como el nuevo "Rey del Hip Hop" de la selva.

Desde ese día, todos los animales aprendieron a valorar la diversidad y a no juzgar por las apariencias. Y así, Tomás demostró al mundo que no importa si eres un elefante con tutú rosado o cualquier otra cosa, siempre puedes lograr tus sueños si sigues tu corazón y nunca te rindes.

FIN.

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