Tomás, el niño mago del bosque
Había una vez en un bosque encantado, una tortuga llamada Tita. Tita era una tortuga muy especial, ya que cuando nadie la veía, se transformaba en un niño mago llamado Tomás.
Tita vivía en un hermoso estanque rodeado de árboles frondosos y flores de colores vibrantes. Durante el día, se dedicaba a recorrer lentamente su hogar acuático y a charlar con sus amigos los peces y las ranas.
Pero al caer la noche, Tita se convertía en Tomás, un niño con poderes mágicos que exploraba el bosque en busca de aventuras. Una tarde, mientras Tita descansaba bajo el sol, escuchó unos ruidos extraños provenientes del otro lado del estanque.
Se asomó con curiosidad y vio a un grupo de duendes traviesos causando problemas en el bosque. Sin dudarlo, decidió transformarse en Tomás para detenerlos.
Al aparecer como Tomás, los duendes se sorprendieron y trataron de escapar, pero el niño mago los detuvo con un hechizo que los dejó atrapados entre risas y cosquillas. Los duendes aprendieron la lección y prometieron portarse mejor desde ese momento.
Desde entonces, Tomás continuó teniendo aventuras emocionantes en el bosque cada vez que se transformaba gracias al secreto poder mágico de Tita. Un día ayudaba a los pájaros a construir sus nidos, otro día enseñaba a las ardillas a hacer acrobacias divertidas entre los árboles.
Pero no todo era diversión para Tomás; también utilizaba sus poderes mágicos para ayudar a quienes lo necesitaban. Curaba plantas enfermas con pociones especiales e iluminaba el camino de las luciérnagas perdidas durante la noche.
Un invierno especialmente frío llegó al bosque encantado, trayendo consigo una gran nevada que cubrió todo de blanco. Muchos animales tuvieron dificultades para encontrar comida y refugio. Tomás decidió actuar rápidamente: convocó a todos sus amigos del bosque para organizar una colecta de alimentos y mantas.
"¡Amigos del bosque! Necesitamos trabajar juntos para ayudar a aquellos que más lo necesitan en estos tiempos difíciles", exclamó Tomás con determinación. Los animales asintieron con entusiasmo y comenzaron a recolectar provisiones para distribuir entre quienes lo requerían más urgentemente.
Gracias al esfuerzo conjunto de todos, lograron llevar calor y comida a cada rincón del bosque encantado. La solidaridad demostrada por Tomás inspiró a todos los habitantes del bosque a colaborar mutuamente y cuidar su hogar compartido con amor y respeto.
Con el paso del tiempo, la fama de las increíbles hazañas de Tomás se extendió más allá del bosque encantado hasta llegar al castillo del rey mago.
El rey quedó impresionado por la valentía y bondad del niño mago convertido desde una humilde tortuga llamada Tita. "Tomás," dijo el rey mago solemnemente,"tus acciones han demostrado que posees un corazón noble y generoso digno de ser reconocido.
"El rey mago otorgó a Tomás una varita mágica especial como símbolo de su valentía e espíritu altruista frente adversidades.
- A partir de ese momento, Tomás siguió protegiendo al bosque encantado junto con sus amigos animales utilizando su magia para sembrar alegría donde hiciera faltaY así fue como una simple tortuga llamada Tita se convirtió en un héroe querido por todos en el maravilloso mundo mágico donde la amistad siempre prevalece sobre cualquier obstáculo.
FIN.