Tomás y el coro mágico del bosque



Había una vez un niño llamado Tomás que amaba cantar. Desde muy pequeño, siempre se le había dado bien afinar su voz y soñaba con ser parte de un coro.

Un día, escuchó hablar sobre el famoso Coro del Bosque Encantado y decidió que era hora de intentarlo. Lleno de emoción, Tomás fue al ensayo del coro y esperó ansioso su turno para audicionar.

Pero cuando llegó su momento, algo extraño pasó: cada vez que intentaba cantar, su voz se volvía temblorosa y no podía emitir sonido alguno. Desanimado pero decidido a encontrar una solución, Tomás buscó la ayuda de su abuela Rosa, quien siempre tenía respuestas sabias para todos sus problemas.

Le contó lo ocurrido en el coro y cómo se sentía frustrado por no poder demostrar todo su talento. La abuela Rosa lo miró con ternura y le dijo: "Tomás, a veces nuestros miedos pueden bloquearnos e impedirnos hacer las cosas que amamos.

Pero recuerda que dentro de ti tienes la fuerza necesaria para superar cualquier obstáculo". Tomás reflexionó sobre las palabras de su abuela y decidió poner en práctica sus consejos.

Buscando diferentes maneras de enfrentar sus miedos, descubrió un taller de teatro donde enseñaban técnicas para ganar confianza en uno mismo. "¡Abuela! ¡He encontrado una solución! Voy a tomar clases de teatro para aprender a controlar mis nervios", exclamó emocionado Tomás.

Con gran entusiasmo, Tomás comenzó las clases en el taller de teatro. Aprendió a respirar profundamente antes de subir al escenario, a relajar su cuerpo y a visualizar el éxito en cada actuación.

Poco a poco, sus miedos fueron desapareciendo y su voz volvió a fluir con naturalidad. Llegó el día en que el Coro del Bosque Encantado iba a realizar un concierto especial y necesitaban una voz principal para una canción muy importante.

Tomás decidió que era su oportunidad perfecta para demostrar todo lo que había aprendido. Cuando llegó su turno de audicionar nuevamente, Tomás aplicó todas las técnicas que había aprendido en las clases de teatro. Respiró hondo, se relajó y confió en sí mismo.

Para sorpresa de todos, la voz de Tomás llenó la sala con una melodía hermosa y llena de emoción. Los miembros del coro quedaron impresionados por su talento y no dudaron en darle la bienvenida al Coro del Bosque Encantado.

Tomás se sentía feliz y orgulloso de haber encontrado la solución para entrar al coro. Ahora, podía disfrutar cantando junto a sus nuevos amigos mientras exploraba los encantos del bosque. Desde aquel día, Tomás entendió que los obstáculos solo son oportunidades para crecer y aprender.

Y así, siguió cantando con alegría en el Coro del Bosque Encantado, inspirando a otros niños a seguir sus sueños sin importar las dificultades que pudieran encontrar en el camino. Y colorín colorado... ¡esta historia ha terminado!

FIN.

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