Tomás y el guardián de los sueños olvidados



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Feliz, un niño llamado Tomás. Tomás era muy curioso y siempre estaba buscando nuevas aventuras para vivir.

Un día, mientras exploraba el bosque cerca de su casa, encontró un mapa misterioso. El mapa tenía dibujados muchos caminos y símbolos extraños. Tomás sabía que aquel mapa lo llevaría a una gran aventura, así que decidió seguirlo sin pensarlo dos veces.

Siguiendo las indicaciones del mapa, llegó a una cueva oscura y misteriosa. Al entrar en la cueva, Tomás se encontró con un pequeño duende llamado Puck. Puck era amable y le explicó a Tomás que él era el guardián de los sueños perdidos.

Los sueños perdidos eran aquellos deseos e ilusiones que la gente había olvidado o abandonado. Tomás se emocionó mucho al saber esto y decidió ayudar a Puck a encontrar esos sueños perdidos para devolverles la alegría a las personas.

Juntos comenzaron su misión adentrándose en diferentes mundos fantásticos llenos de desafíos. En el primer mundo, se encontraron con El Bosque Encantado donde los árboles tenían vida propia y podían hablar.

Uno de los árboles les contó sobre un sueño perdido: "Mi sueño es ser el árbol más alto del bosque para poder ver más allá". Con determinación, Tomás y Puck construyeron una escalera gigante hecha de ramas para ayudar al árbol a cumplir su deseo.

En el segundo mundo, llegaron al Reino de las Mariposas donde todas las mariposas eran tristes y grises. Una mariposa les confesó: "Mi sueño es volar alto y llevar alegría a todos".

Tomás y Puck idearon una fórmula mágica con colores brillantes que al rociarla sobre las alas de la mariposa, la transformó en una hermosa criatura multicolor. En el tercer mundo, descubrieron el Océano Profundo lleno de criaturas marinas.

Un delfín les contó su sueño perdido: "Mi sueño es encontrar un tesoro escondido en el fondo del océano". Tomás y Puck se sumergieron en lo más profundo del océano y encontraron un cofre lleno de joyas. Juntos, abrieron el cofre para que el delfín pudiera cumplir su deseo.

Después de superar muchos desafíos, Tomás y Puck habían encontrado varios sueños perdidos y devuelto la felicidad a muchas personas y criaturas fantásticas. Pero aún quedaba un último desafío por enfrentar.

El mapa los guió hacia una montaña alta donde había una puerta gigante que bloqueaba la entrada a un mundo desconocido. La puerta solo podía ser abierta si alguien tenía suficiente valentía para enfrentar sus miedos más profundos. Tomás se acercó a la puerta temeroso pero decidido.

Al abrir la puerta, se encontró cara a cara con su mayor miedo: hablar en público frente a mucha gente.

Sin embargo, recordando todas las aventuras vividas junto a Puck, Tomás reunió valor e inspiró a todos con su historia de los sueños perdidos. La puerta se abrió y del otro lado había un mundo lleno de risas, alegría y esperanza. Tomás y Puck regresaron a Villa Feliz, donde fueron recibidos como héroes.

El pueblo entero celebró la valentía y determinación de Tomás para cumplir sus sueños y ayudar a los demás. Desde aquel día, Tomás siguió siendo el niño curioso que siempre buscaba nuevas aventuras para vivir.

Pero ahora, también sabía que podía hacer una diferencia en el mundo ayudando a los demás a encontrar sus sueños perdidos. Y así, Villa Feliz se convirtió en un lugar mágico donde todos aprendieron la importancia de nunca olvidar sus sueños e ilusiones.

Y todo gracias a la valentía y determinación de un niño llamado Tomás y su amigo Puck, el guardián de los sueños perdidos.

FIN.

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