Tomás y el jardín mágico


En un pequeño pueblo llamado Villa Verde, vivía un niño llamado Tomás. Tomás era curioso y aventurero, siempre buscando nuevas formas de divertirse.

Un día, mientras exploraba el bosque cercano a su casa, encontró una extraña planta con flores brillantes y colores vibrantes. Tomás se acercó a la planta y notó que estaba marchita y triste. Sin pensarlo dos veces, decidió llevarla a su casa y cuidarla para que volviera a estar saludable.

Le dio agua todos los días, la colocó en un lugar soleado y le hablaba con cariño. Un día, mientras Tomás regaba su planta mágica, escuchó un susurro proveniente del jardín: "- ¡Hola! ¿Quién eres?".

Tomás miró a su alrededor asombrado hasta que vio una pequeña mariquita parlante sobre una hoja cercana. "- Soy Tomás", respondió emocionado. "- ¿Y tú?"La mariquita sonrió y dijo: "- Mi nombre es Lucía.

Estoy aquí para recordarte lo importante que es cuidar de las plantas y animales en nuestro medio ambiente". Tomás quedó sorprendido pero también intrigado por las palabras de Lucía. "- Pero... ¿cómo puedo hacerlo?". preguntó él. Lucía explicó: "- Es muy sencillo, Tomás.

Podemos empezar por reagarrar la basura que encontramos en el camino hacia la escuela o cuando salimos de paseo al parque". Tomás asintió con entusiasmo y prometió seguir el consejo de Lucía.

A medida que pasaban los días, Tomás y Lucía se convirtieron en grandes amigos. Juntos, recogían la basura del vecindario y plantaban flores por todas partes. También visitaron la escuela para hablar con sus amigos sobre la importancia de cuidar el medio ambiente.

Un día, mientras Tomás y Lucía estaban explorando el bosque nuevamente, encontraron un cartel que decía: "¡Concurso de jardines más hermosos de Villa Verde!".

Tomás sabía que tenía que participar en ese concurso para mostrarle a todos lo importante que era cuidar del medio ambiente. Decidió transformar su jardín en un lugar lleno de vida y color. Junto a Lucía, plantó árboles frutales, colocó comederos para pájaros e hizo una pequeña laguna para los patitos.

También construyeron cajas nido para las aves y pusieron carteles informativos sobre cómo proteger a los animales. El día del concurso llegó y Tomás estaba emocionado pero nervioso al mismo tiempo. Habían muchos otros jardines hermosos, pero ninguno como el suyo.

Cuando anunciaron al ganador, todos quedaron sorprendidos cuando nombraron a Tomás como el ganador del primer premio. La gente aplaudió emocionada mientras él subía al escenario a recibir su trofeo. A partir de ese momento, Villa Verde cambió por completo.

Todos se inspiraron en Tomás y comenzaron a cuidar del medio ambiente también. Plantas fueron sembradas en cada esquina y los animales recibieron amor y protección de toda la comunidad.

Y así fue como un niño llamado Tomás demostró que no importa cuán pequeños seamos, todos podemos hacer una gran diferencia en el mundo si cuidamos de nuestro medio ambiente y promovemos la cultura ambiental.

Desde aquel día, Villa Verde se convirtió en un lugar lleno de vida, donde las plantas crecían fuertes y los animales vivían felices. Y todo gracias a Tomás y su amor por el medio ambiente.

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