Tomás y el misterio del tomate perdido
Tomás era un niño travieso y curioso que siempre estaba metiéndose en problemas. Un día, su mamá lo llevó de compras al mercado, donde vieron al simpático Don Pepito, el vendedor de frutas y verduras.
Mientras su mamá hablaba con Don Pepito, Tomás decidió dar una vuelta por el mercado. De repente, vio un tomate rojo y brillante que parecía el más delicioso que había visto. Sin pensarlo dos veces, tomó el tomate y lo escondió en su bolsillo.
Cuando regresaron a casa, su mamá preparó sopa para la cena. Tomás, en un arranque de remordimiento, decidió confesarle a su mamá lo que había hecho.
- Mamá, fui yo quien tomé el tomate del mercado sin pagar - dijo Tomás con una mirada arrepentida. Su mamá, decepcionada, le explicó que la mentira nunca es la solución y que debía disculparse con Don Pepito. Al día siguiente, Tomás regresó al mercado para disculparse y devolver el tomate.
Don Pepito, con una sonrisa, le perdonó y le regaló un helado. A partir de ese día, Tomás aprendió la importancia de ser honesto y de asumir las consecuencias de sus actos. Además, prometió no volver a mentir.
Con el tiempo, Don Pepito se convirtió en un amigo de la familia, y a Tomás se le olvidó su olvidadiza costumbre de meterse en líos.
¡El valor de la honestidad y la importancia de asumir responsabilidades fueron las lecciones que Tomás aprendió durante esa travesura con el tomate perdido!
FIN.