Tomás y el poder del amor en la escuela



Había una vez en la escuela "Sol y Luna", un niño llamado Tomás que estaba pasando por un momento difícil. Desde que comenzó el año escolar, un grupo de chicos mayores lo molestaba constantemente.

Le decían cosas feas, le quitaban sus útiles escolares y lo empujaban en el recreo. Tomás se sentía triste y asustado, no sabía qué hacer para detener el bullying.

Un día, mientras caminaba solo por el patio de la escuela, Tomás se encontró con una mariposa herida en el suelo. Sin dudarlo, la recogió con cuidado y la llevó a la enfermería de la escuela. La enfermera le explicó que la mariposa necesitaba tiempo para sanar y que debía tener paciencia.

"¿Por qué te preocupas tanto por esta mariposa, Tomás?" -preguntó la enfermera sorprendida. "Porque todos merecemos ser tratados con amor y respeto, incluso las mariposas. " -respondió Tomás con determinación.

Esa noche, mientras pensaba en cómo ayudar a la mariposa a sanar, Tomás tuvo una idea brillante. Al día siguiente, reunió a todos los niños de su salón durante el recreo y les habló sobre la importancia del respeto y la amabilidad.

Les contó sobre la mariposa herida y cómo había decidido cuidarla hasta que pudiera volar de nuevo. Los niños escucharon atentamente las palabras de Tomás y sintieron empatía por él y por la mariposa.

Decidieron unirse a él en su misión de crear un ambiente escolar más amable y respetuoso para todos. Con el correr de los días, los actos de bullying fueron disminuyendo en la escuela "Sol y Luna".

Los chicos mayores que solían molestar a Tomás empezaron a cambiar su actitud al ver cómo él seguía adelante con valentía e bondad. Una semana después, cuando finalmente llegó el momento de liberar a la mariposa curada, todos los niños se reunieron en el patio de la escuela para despedirla.

Con lágrimas en los ojos pero sonrisas en sus rostros, vieron cómo la mariposa revoloteaba libremente por el cielo azul. "¡Gracias por enseñarnos tanto sobre amor y respeto!" -exclamaron los niños emocionados hacia Tomás.

Tomás comprendió entonces que había hecho algo importante no solo por esa pequeña criatura alada sino también por sí mismo y sus compañeros.

Se sintió feliz al ver cómo su valentía e bondad habían logrado cambiar las cosas para mejor en su querida escuela "Sol y Luna". Desde ese día en adelante, Tomás siguió siendo un ejemplo viviente del poder transformador del amor incondicional hacia uno mismo y hacia los demás.

FIN.

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