Tomás y el río salvador


Había una vez en un pequeño pueblo llamado EcoVilla, un niño llamado Tomás que siempre había soñado con salvar al planeta.

Desde que era muy chico, se preocupaba por el medio ambiente y quería hacer todo lo posible para protegerlo. Un día, mientras paseaba por el bosque cercano a su casa, Tomás se encontró con una sorpresa desagradable. El río que solía estar lleno de vida y color ahora estaba oscuro y contaminado.

Los peces ya no nadaban en sus aguas cristalinas, y los pájaros no cantaban como solían hacerlo. Tomás sintió un nudo en la garganta al ver la triste escena ante sus ojos.

Se prometió a sí mismo que haría todo lo posible para devolverle la vida al río y salvar a todos los animales que dependían de él. Decidió hablar con el sabio del pueblo, Don Mateo, quien siempre tenía consejos sabios para dar.

"Don Mateo, el río está muy contaminado y los animales están sufriendo. ¿Qué podemos hacer para ayudarlos?"- preguntó Tomás con determinación en sus ojos. El sabio sonrió y le dijo: "Tomás, cada gran cambio comienza con una pequeña acción.

Si quieres salvar al planeta, empieza por cuidar tu entorno más cercano. Limpia el río, planta árboles y enseña a otros la importancia de respetar la naturaleza. "-Tomás asintió con decisión y se puso manos a la obra.

Reunió a todos sus amigos del pueblo e juntos limpiaron el río durante días. Sacaron toneladas de basura y plásticos que habían sido arrojados sin pensar en las consecuencias.

Poco a poco, el agua volvió a correr limpia y cristalina; los peces regresaron y los pájaros volvieron a cantar entre los árboles. El pueblo entero se unió al esfuerzo de Tomás y pronto EcoVilla volvió a ser un lugar próspero y lleno de vida.

La noticia sobre la valentía de Tomás llegó lejos e inspiró a muchas otras personas a cuidar del planeta también. Gracias a su determinación y amor por la naturaleza, logró salvar al río y demostrar que cuando trabajamos juntos podemos lograr grandes cosas.

Desde ese día en adelante, Tomás se convirtió en un héroe local; pero más importante aún, se convirtió en un ejemplo viviente de cómo cada uno de nosotros puede marcar la diferencia si nos comprometemos verdaderamente con proteger nuestro hogar: La Tierra.

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