Tomás y el submarino mágico
Había una vez un niño llamado Tomás, que siempre había soñado con explorar los lugares más increíbles del mundo.
Un día, mientras leía un libro sobre el océano, se encontró con una ilustración de un submarino que podía sumergirse hasta el fondo del centro de la Tierra. Tomás quedó fascinado y decidió que eso era exactamente lo que quería hacer.
Tomás empezó a investigar cómo construir su propio submarino y después de mucho esfuerzo y dedicación, logró construir uno pequeño pero muy resistente. Estaba listo para comenzar su aventura hacia las profundidades de la Tierra. Una mañana soleada, Tomás se despidió de sus padres y zarpó en su submarino hacia lo desconocido.
Mientras descendía por las oscuras aguas del océano, sintió una mezcla de emoción y miedo. Pero estaba determinado a descubrir los secretos que se escondían en las profundidades.
A medida que descendía cada vez más profundo, el agua se volvía más fría y oscura. De repente, el submarino tembló violentamente y Tomás supo que había llegado al centro de la Tierra.
Cuando abrió la compuerta del submarino para salir afuera, no podía creer lo que veían sus ojos: un mundo lleno de colores brillantes y criaturas extrañas. Entre tiburones luminosos y medusas gigantes, Tomás encontró a un simpático pulpo llamado Óscar.
Óscar le explicó a Tomás cómo funcionaba aquel lugar tan especial: el calor proveniente del núcleo terrestre hacía que las criaturas pudieran vivir en un ambiente tan inhóspito. "¡Hola Tomás! ¿Qué te trae por aquí?" - preguntó Óscar con una sonrisa. "Estoy explorando el mundo submarino, pero nunca imaginé encontrar algo así en el centro de la Tierra.
Es asombroso", respondió Tomás maravillado. Óscar y Tomás se hicieron amigos rápidamente y juntos comenzaron a explorar ese increíble lugar. Descubrieron plantas luminosas que iluminaban el camino, rocas brillantes y cuevas misteriosas.
Cada paso era una nueva aventura llena de sorpresas. Pero no todo fue diversión, ya que durante su viaje se encontraron con un grupo de tiburones hambrientos. Tomás y Óscar tuvieron que pensar rápido para escapar del peligro.
Utilizaron las habilidades del pulpo para camuflarse entre las algas y despistar a los tiburones hasta poder regresar a salvo al submarino.
Después de esa experiencia emocionante, Tomás decidió que era hora de regresar a casa y contarle a todos sobre su increíble viaje al fondo del centro de la Tierra. Se despidió con tristeza de su nuevo amigo Óscar, prometiéndole volver algún día. Al llegar a casa, Tomás contó su historia con entusiasmo a sus padres y amigos.
Todos quedaron fascinados e inspirados por su valentía y determinación para descubrir nuevos lugares. El sueño de Tomás se había hecho realidad y demostró que no hay límites cuando uno persigue sus sueños.
Desde aquel día, Tomás siguió soñando con nuevas aventuras y se convirtió en un explorador reconocido.
Pero nunca olvidó la amistad que había hecho en el fondo del centro de la Tierra y siempre guardó un lugar especial en su corazón para Óscar, el pulpo más valiente y leal que jamás haya conocido.
FIN.