Tomás y el viaje inolvidable
Había una vez un niño llamado Tomás que estaba muy emocionado porque iba a viajar en avión por primera vez.
Su destino era la hermosa ciudad de París, y no podía esperar para ver la Torre Eiffel y probar deliciosos croissants. Tomás llegó al aeropuerto con su mamá y su papá. Llevaba consigo una pequeña maleta llena de ropa y muchas ganas de explorar.
Al llegar al mostrador de check-in, le dieron su tarjeta de embarque y le dijeron que debía esperar a que sus maletas fueran cargadas en el avión. El chico se dirigió entonces a la sala de espera, donde había muchos asientos cómodos y grandes ventanales desde donde podía ver los aviones despegar.
Se sentó junto a la ventana más cercana y observó cómo los aviones volaban por el cielo azul. De repente, escuchó un anuncio en los parlantes: "-Vuelo a París con salida en 1 hora".
Tomás sonrió emocionado, sabiendo que pronto estaría volando hacia su destino soñado. Pero antes del vuelo, decidió ir a comprar agua para mantenerse hidratado durante el viaje. Caminó hasta una tienda cercana y compró una botella grande de agua fresca.
Mientras regresaba a la sala de espera, notó un cartel que anunciaba un concurso de dibujo para niños. El premio era una visita guiada por toda París.
Tomás siempre había disfrutado dibujar, así que pensó que sería divertido participar en el concurso mientras esperaba su vuelo. Se sentó en uno de los asientos y comenzó a dibujar la Torre Eiffel, imaginándose cómo sería verla en persona. Pasaron las horas y el vuelo de Tomás finalmente fue anunciado.
Emocionado, abordó el avión y se acomodó en su asiento. Miraba por la ventana mientras el avión despegaba hacia el cielo, sintiendo mariposas en su estómago por la emoción. Después de un largo viaje, Tomás llegó a París.
Al salir del avión, encontró su maleta esperándolo en la cinta transportadora. Sonrió al recordar que había participado en el concurso de dibujo y esperaba ganar ese increíble premio.
Una semana después, Tomás recibió una llamada telefónica emocionante: ¡había ganado el concurso! Estaba tan feliz que saltaba de alegría. Pronto, él y sus padres fueron llevados por un guía turístico para explorar todos los lugares increíbles de París.
Durante toda esa semana, Tomás visitó la Torre Eiffel, paseó por las hermosas calles de Montmartre y probó deliciosos croissants recién horneados. Cada día era una nueva aventura llena de aprendizajes y risas. Al finalizar su viaje, Tomás regresó a casa con muchos recuerdos felices y una gran experiencia vivida.
Aprendió que siempre hay oportunidades inesperadas esperando si nos atrevemos a participar en ellas. Desde aquel día en el aeropuerto hasta ahora, Tomás sigue soñando con nuevos destinos para explorar.
Sabe que el mundo está lleno de maravillas por descubrir y que cada viaje es una oportunidad para crecer, aprender y crear hermosos recuerdos.
FIN.