Tomás y el zorro sabio



Había una vez un niño llamado Tomás, a quien le encantaba explorar y descubrir nuevos lugares.

Un día, decidió aventurarse en el bosque que se encontraba al final de su pueblo, a pesar de las advertencias de sus padres sobre lo peligroso que podía ser. Tomás caminaba entre los árboles altos y frondosos, escuchando el canto de los pájaros y sintiendo la frescura del aire en su rostro.

De repente, se dio cuenta de que había perdido el rumbo y no sabía cómo regresar a casa. Comenzó a sentir miedo, pero decidió mantener la calma y buscar una solución.

Mientras caminaba en busca de una salida, Tomás se encontró con un zorro muy astuto que parecía conocer muy bien el bosque. "-Hola, pequeño amigo -dijo el zorro con una sonrisa-. Veo que te has perdido.

¿En qué puedo ayudarte?" Tomás explicó su situación al zorro, quien amablemente se ofreció a guiarlo de regreso a casa. Durante el camino, el zorro le enseñó a Tomás cómo reconocer las huellas de los animales, qué plantas eran comestibles y cómo orientarse usando el sol como referencia.

Tomás estaba fascinado con todo lo que aprendía y agradecido por la ayuda del zorro. Finalmente, después de un largo recorrido, llegaron al borde del bosque donde Tomás pudo ver su casa a lo lejos.

Se despidió del zorro con tristeza pero también con alegría por haber hecho un nuevo amigo y por todas las cosas maravillosas que aprendió durante su aventura. Desde ese día, Tomás visitaba frecuentemente el bosque junto al zorro, explorando cada rincón y disfrutando de la naturaleza en compañía de su fiel amigo.

Aprendió a respetar y cuidar el bosque, valorando la importancia de estar preparado para cualquier situación inesperada.

Y así fue como la valentía y curiosidad de Tomás lo llevaron a vivir increíbles experiencias en el bosque, siempre recordando la lección más importante: nunca perder la calma ante los desafíos y estar abierto a aprender nuevas cosas en cada paso del camino.

FIN.

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